La alegría, la ilusión y la esperanza le duraron poco. Menos de tres semanas. El calvario, la angustia y las preocupaciones son mucho más largos. Tanto que parecen eternos. Después de pasar 20 días en La Casa de Gran Hermano y soñar con poder vivir de la tele y de la exposición pública, Juan Reverdito volvió a la vida de todos los días y enfrenta una situación económica difícil. "Sí, estoy muy complicado, no tengo un mango", admitió.
Desde su taxi, trabajando, Juan habló con Pampito, Estefi Berardi y "Pochi de Gossipeame", quienes estuvieron al frente de Mañanísima por la ausencia de Carmen Barbieri, quien está afectada de culebrilla y prefirió resguardarse ante un recrudecimiento de los síntomas. Como siempre, fue sincero y directo en todos sus conceptos, como cuando reconoció que se equivocó repetidamente dentro de La Casa.
"A ver, desde que salí de La Casa me sentí corrido por la productora y por el Canal, eso lo dije desde siempre. Entiendo todos sus argumentos, que hay otros que generaron más que yo, lo entiendo, pero a mi nunca me tiraron un centro. Jamás. Hay algunos que hicieron publicidades por 500 600 o 700 mil pesos, y a mi ni una mano me dieron. Eso digo", disparó con cierta resignación.
Con el mismo tono, contó que "yo estoy muy complicado, muy complicado en serio. Con algunas deudas y con un tema del auto que es mi herramienta de trabajo. Este auto es mitad mío y mitad de mi ex mujer, entonces tengo que darle la parte que le corresponde a ella y la verdad es que no tengo un mango. Es así mi vida. La peleó todos los días para subsistir".
JUAN DE GRAN HERMANO NO TIENE UN MANGO: "LABURO 14 HORAS POR DIA POR CHIROLAS"
"Yo les cuento para que se den cuenta de lo que hablo. Yo manejo mi taxi. Salgo a las seis o seis o media de la mañana y tiro hasta las 7 o las 8 de la noche. A veces son 14 horas, que es una bocha. Y puedo hacer 13 o 14 mil pesos, pero qué pasa... tengo la nafta, porque el mío no es auto a gas que es más barato. De nafta son 5 lucas por día, más la comida porque en 14 horas tenés que comer algo, así que no te queda casi nada. Y siempre rezando para que no se te rompa el coche eh, el mío es 2013, no es nuevo, así que es rezar", dijo Juan.
De cara al futuro, Juan se vuelve a ilusionar con que la tele le tire una soga, aunque sepa que ya se la sacó, la enrolló y la dejó guardada en un baúl cerrado con siete candados. "Ahora lo que me gustaría es que me llamen para el Bailando. La verdad, la veo muy complicada y no creo que se de, pero me tengo fe", dijo. En el programa prometieron hacerle campaña. Habrá que ver si cumplen. A las palabras se las lleva el viento.
