A mediados de febrero del año pasado, de un momento al otro, Juan Martín del Potro recibió un llamado que puso su mundo de cabeza. Su mascota, César, había fallecido. No se lo esperaba, fue como un balde de agua fría. En ese momento, rápidamente, el tenista lo despidió a través de sus redes sociales y eligió no volver a hablar del tema: "Te voy a extrañar mucho, compañero fiel. Me acompañaste en estos casi 10 años, me esperaste con alegría después de cada viaje, me protegiste, hiciste feliz a una familia entera y hoy te vas a descansar en paz dejando tu huella en mi corazón. Adiós, César".
Si bien Del Potro prefirió no seguir hablando del fallecimiento de su mascota, la tristeza se le notaba. A dos meses del fallecimiento de su amado perro, se animó a contar cómo vive su falta. "La verdad que nunca creía sentir un dolor tan grande por la pérdida de una mascota. Hasta el día que la perdí. Y cada persona con la que hablo que perdió un perro o su mascota, me dice que fue de las peores cosas de su vida. Y puedo decir que es así realmente", explicó su sentir en diálogo con Infobae.
Conmovido, el tenista explicó dónde estaba cuando recibió la triste noticia. "Me enteré porque me avisó mi hermana. Fue triste, fue a las 6, 7 de la mañana que se estaban levantado todos para ir a trabajar y él fue como hacía siempre iba a la cocina a estar ahí, tomando el desayuno, a dar el buen día de cada mañana. Y después de ese momento, falleció, fue la despedida. Al rato me enteré yo…", explicó Juan Martín y agregó: "Ahí son momentos en los que decís ‘estoy jugando un partido de tenis’ o ‘tengo que jugar un partido de tenis y tengo que salir a la cancha, y tengo que mostrarme bien, poner la mejor cara, tengo que mostrarle al mundo que no pasa nada, que soy ese tenista que tiene que salir y ganar’. La realidad es que soy una persona como cualquiera y que, a diferencia de lo que hago, hay veces que digo ‘podría ir a una oficina, que nadie me ve y estar llorando a mi perro el tiempo que yo quiera’. Pero tenía que salir a la cancha, estaba todo el estadio expectante de verme".
¡Fuerza!
Por Agustina Rinaldi
Cuando su perro falleció, él estaba de viaje.
