A pesar de los avances, del entendimiento sociocultural de la libertad individual, de la tolerancia a las decisiones de todos y todas, todavía quedan resabios de comportamientos colectivos inexplicables. Como en este caso que protagonizó Justina Bustos.
La actriz argentina se encuentra en España, en pleno plan de promoción de la película en la que participó El juegos de las llaves, y en ese raid visitó el piso de un late night muy famoso, que se llama El hormiguero, que dispone de una enorme visibilidad.
En esa presencia en el estudio de televisión todo el mundo focalizó en la elección de vestimenta de Justina, una pavada absoluta y así se produjo una catarata, un tsunami de reacciones en las redes sociales que transformaron a la cordobesa en tendencia.
El vestido rosa, con escote asimétrico, y totalmente transparente acaparó las miradas sobre el cuerpo de Bustos, que optó por no utilizar corpiño, lo que permitía divisar con claridad sus lolas. Increíblemente, ese detalle la catapultó a la conversación global de las plataformas.
Muchas mujeres aprovecharon para aportar un pensamiento inteligente de la horrenda capacidad de juzgar a una dama por su fisonomía, por la decisión de calzarse el outfit que considere y que no amerita ningún tipo de comentario, porque nadie debe expresarse sobre la figura física de los otros.
La mayoría de los mensajes de origen femenino navegó por una reflexión lógica y que actúa como un posicionamiento de la modernidad, como el caso de: "¡Cuánto queda por avanzar en este país! ¿Por qué dan tanto miedo nuestras tetas?”.
