Como el rating del cada vez más explosivo A la tarde, la lista de los que no la pueden ver se acrecienta minuto a minuto: La Negra Vernaci, Yanina Latorre, Carmen Barbieri, Jorge Lanata, Marina Calabró, Fernanda Vives y Angel de Brito son solo algunos de los nombres que aparecen en esa nómina que crece todos los días.
"Es una rascadora de tarros de mierda" (Elizabeth La negra Vernaci). "Qué atrevida, de dónde salió" (Angel de Brito). "Una basura de persona" (Tamara Pettinato). "Esa mujer es una maltratadora" (Fernanda Vives). "Hay un poco de patestismo porque inventa las historias" (Jorge Lanata). "Metió un ADN, es para festejarlo porque no le salía una" (Adrián Pallares y Rodrigo Lussich). “Miro su programa con un impulso morboso, lo miro con vergüenza ajena" (Romina Manguel). Y siguen las firmas. Todas esas críticas, insultos, cuestionamientos, reproches y observaciones tienen un solo blanco: Karina Mazzocco, conductora de A la Tarde y, desde hace un tiempo, la nueva "malquerida" de la televisión argentina.
Mazzocco parece sentirse a gusto con el papel de "villana" que interpreta desde su programa de América, una suerte de "sucursal no oficial de un juzgado civil, comercial y de familia" donde se tramitan mediáticamente filiaciones dudosas, herencias peliagudas y disputas intrafamiliares que suceden puertas para adentro pero se ventilan por afuera de esas viviendas. Con una cara que siempre ha sido destacada por sus rasgos de terciopelo, gestos compungidos o guerreros según lo amerite la ocasión y un tono de voz que sigue acomodando con la misma maestría que ofrecía cuando hablaba de sexo hace dos décadas, a la conductora se la ve cómoda en su nuevo rol.
La explosión de esta "Mazzocco mala o malvada" llegó de la mano del caso que está haciendo hablar a toda la farándula hace casi dos semanas: las turbia relación de Jorge Rial con sus parejas, con sus compañeros de trabajo, con las cúpulas empresariales, con el ambiente de la política y con el mundo artístico relatada en primera persona por su hija More, quien también habló del castigo que recibió de parte de su madre adoptiva y, de yapa, le declaró la guerra a su papá después de que le cortara la mucama, el alquiler y la poderosa tarjeta de crédito que le bancaba para que solventara todos sus gastos.
Al productor que pensó la nota hay que darle aplauso, medalla y beso (y un aumento, qué joder): desde que More dijo que "me tiene que mantener el nivel de vida que siempre tuve, yo no estoy para trabajar de cajera en un supermercado" prácticamente no se habla de otra cosa. Casi todos los temas -por no decir todos- quedaron en segundo plano por su furia verbal y las ramificaciones que surgieron de cada una de sus palabras. Mazzocco se relamió viendo los números de rating, que no alcanzaron a ser los de LAM pero la dejaron ahí, a las puertas de destronar a Angel de Brito como el más mirado del canal. ¿Será por eso que el rey de los chimentos la mira de rojo y desea, por lo bajo, su caída?
Pero ese no fue el único bombazo que metieron Mazzocco y los suyos en esta temporada que los transformó en el programa más polémico de la tele. Ese tono atronador que ostenta cuando habla de los Rial y deja que More cuente todos los chanchuyos de "laflia" se volvió caramelo de miel para endulzarle los oídos a Lucas Benvenutto: el joven se soltó y terminó hundiendo a Jey Mammón en lo que puede considerarse el gran escándalo de la temporada. Esa fue una Mazzocco más parecida a la que lloró cuando le dijo "Woody de Toy Storie" a un Luis Ventura que echaba maldiciones por la boca. Karina tiene muchas caras pero todas redundan en el mismo resultado: audiencia y centimetraje periodístico, rating y menciones, mediciones y ruido. Para muchos, el combo perfecto.
El lado B de ese resultado monstruoso es la creciente "mala onda" que le tiran los colegas y otros habitantes de farandulandia. Una de las primera en "sacar la leona" que tiene adentro para darle duro y parejo fue Carmen Barbieri, disgustada no tanto por la difusión que le daban a su supuesta hermana, sino por el trato que le imprimían al tema. "No puede decir que mi papá era un asesino, eso está muy mal y no se lo voy a permitir", se quejó la comediante en ese momento, abriendo una puerta por la que después se metieron muchos otros. Hasta Marina Calabró, que despedazó el estilo de KM. "Si te haces la pulenta, bancá que te contesten y no pongas cara y frases de Peter Pan, loca" arremetió Yanina Latorre. Desdde que tiene éxito hacen fila para pegarle. Algunos arrancaron temprano y otros llegaron después, porque a Mazzoco la critican a la mañana, a la noche... ¡¡Y a la tarde!!