El hallazgo de restos óseos en una casa del barrio porteño de Coghlan que alguna vez habitó Gustavo Cerati sacudió a la opinión pública. Este martes se conocieron los resultados de los análisis realizados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que confirmaron la peor hipótesis.
Los restos pertenecen a un adolescente que fue asesinado brutalmente y enterrado en el lugar. Según el informe forense, la víctima era un joven de entre 15 y 19 años, de 1,77 metros de altura, calzado 41 y con signos de haber practicado algún deporte, posiblemente remo, por el desarrollo óseo de sus brazos.
Lo más estremecedor del informe es que el cuerpo presentaba múltiples heridas de arma blanca. “Tiene puntazos entre la costilla 4 y 5, y marcas en el fémur que indican que intentaron desmembrarlo”, señalaron las fuentes judiciales a TN.
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El caso está siendo investigado por el fiscal Martín López Perrando, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N.º 61. Tras recibir los resultados, el fiscal tomó una decisión clave para el avance del caso: se realizarán nuevos estudios sobre los huesos para determinar su origen geográfico.
A través del análisis mineral de los restos, se podría establecer en qué región vivió la víctima antes de su muerte. Este estudio, sin embargo, puede tardar hasta dos meses. Además, la fiscalía ordenó realizar un análisis de ADN para intentar identificar a la víctima y cruzar los datos con registros de personas desaparecidas.
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El caso tomó gran notoriedad no solo por la brutalidad del crimen, sino también por el lugar en el que fueron encontrados los restos: la medianera entre dos viviendas, una de las cuales fue alquilada por Gustavo Cerati entre los años 2001 y 2003.
Según relató Marina Olmi, última propietaria de la casa y hermana del músico Boy Olmi, ella le alquiló la propiedad al exlíder de Soda Stereo mientras vivía en España. Hace dos años, la vendió, y hoy en su lugar se está construyendo un edificio.
Fue justamente durante las tareas de demolición que los obreros hallaron los restos, junto con otros elementos personales como una suela de zapato, un reloj y una moneda de cinco yenes, que suele usarse en pulseras. Un deslizamiento de tierra dejó al descubierto los huesos, lo que permitió el inicio de la investigación.
La nueva hipótesis sostiene que el crimen se habría cometido muchos años antes de que Cerati habitara la casa. Por eso, la fiscalía busca ahora acceder al registro histórico de propietarios e inquilinos de ambas viviendas para reconstruir quiénes podrían estar vinculados con el hecho.
