El reconocido actor Arturo Puig transita los últimos arreglos en la previa de lo será un nuevo debut en el Teatro San Martín junto a la obra de Eugene O’Neill “Largo viaje de un día hacia la Noche” y aprovechó la entrevista para hablar de la previa, sus motivaciones y una experiencia en particular.
La obra teatral tuvo su estreno el jueves 7 de septiembre, no deja de ser un placer enorme por la historia que lleva detrás: “Siempre hace falta estrenar un O’Neill, hace tiempo que no se hace en Buenos Aires y es el padre del teatro norteamericano”.
“Es el mundo de una familia disfuncional y, además, tiene la curiosidad que Edmund, uno de los personajes, es el propio O’Neill”, sostiene el actor que formará parte de un vasto elenco que incluye a Selva Alemán, su esposa desde 2001.
Con respecto a compartir el escenario con su mujer, Arturo Puig detalló: “Con Selva hace mucho que teníamos ganas de hacer ‘Largo viaje de un día hacia la noche’, material que sólo puede hacerse en un espacio como el San Martín”.
No es la primera vez que la dupla de artistas comparte obra, como en "Cristales rotos” de Arthur Miller, pero hace varios años que prefieren trabajar por separado como afirmó: “Decidimos no trabajar juntos porque nos peleábamos y criticábamos mucho”.
Parafraseando con la flamante obra, Arturo Puig rememoró otro “largo viaje”, más precisamente a México, donde tuvo un encuentro en su visita a la Virgen de Guadalupe que le cambió la perspectiva.
Tras la recomendación de un colega, el actor decidió visitar a la virgen: “Fui detrás del Templo principal donde había una capillita muy chiquita que es el lugar donde había aparecido la Virgen. Cuando llegué un sacerdote de sotana blanca mojó una rosa en agua bendita y rozó mi cabeza. Cuando salí no pude dejar de llorar”.
Lo sorpresivo en su relato fue que a la vuelta, al comentarle lo sucedido a quien lo invitó, este se sorprendió porque los sacerdotes utilizaban sotanas negras y le dejó una frase que hasta el día de hoy vive en su memoria: “Quizás fue un ángel”.
