}Después de casi 30 años como chofer de confianza de Mirtha Legrand, Marcelo Campos atraviesa una etapa muy distinta de su vida. El hombre que supo acompañar a la diva a todas partes, desde sus salidas cotidianas hasta sus temporadas en Mar del Plata, hoy se reinventa y trabaja en un oficio completamente diferente: la carpintería.
El equipo de Infama sorprendió a Marcelo en un reconocido shopping de Capital, donde lo encontraron trabajando en el armado de un stand comercial. Las cámaras lo captaron en plena tarea junto a un grupo de personas, dando indicaciones, colaborando en la instalación de estructuras y hasta ocupándose de detalles eléctricos.
Lejos de los flashes y los viajes en el Mercedes Benz que solía manejar para “Chiquita”, Marcelo hoy apuesta a mantenerse activo a través de un trabajo artesanal y manual. Según revelaron en el programa, se dedica a ayudar a un amigo de toda la vida en proyectos de carpintería y armado de locales.
Esta ocupación le permite a Marcelo continuar adelante mientras espera la resolución judicial del reclamo laboral que mantiene contra Mirtha. Campos dejó de ser chofer de la conductora a fines del año pasado, poco antes de las fiestas.
La desvinculación estuvo marcada por tensiones: él asegura que trabajó durante diez años en negro y que estuvo inscripto de manera incorrecta, lo que lo llevó a iniciar acciones legales contra Mirtha, quien figura como su empleadora.
Según contaron en Infama, todo comenzó con un pedido de aumento salarial que no fue concedido. “Si le hubieran dado ese aumento, él seguiría siendo el chofer de Mirtha”, señalaron los panelistas. La relación laboral, sin embargo, terminó y hoy transita el camino de la justicia, que como bien destacaron en el ciclo, “es larga, pero finalmente llegará a una resolución”.
Mientras tanto, Marcelo decidió no quedarse quieto. Conocedor de los vaivenes de la vida y con la necesidad de sostenerse económicamente, encontró en la carpintería un nuevo rumbo laboral. “Lo que hace es trabajos de carpintería, porque lo del juicio va por un carril, pero mientras tanto este hombre tiene que seguir viviendo y cobrando un dinero”, explicó Marcela Tauro.
En las imágenes que mostraron al aire, se lo vio sonriente, activo y hasta rejuvenecido, disfrutando de este presente que, aunque inesperado, le devuelve cierta independencia. Según contaron, Marcelo siente tristeza por cómo terminó su relación laboral con Mirtha, a quien respeta profundamente, pero también reconoce que debía dar un paso hacia adelante.
Hoy, entre maderas, herramientas y estructuras de stands, el ex chofer demuestra que supo reinventarse. Y aunque la justicia deberá resolver su situación, su historia refleja que después de tres décadas en un mismo rol, todavía hay espacio para nuevos comienzos.




