En las últimas horas, Maru Botana y su marido, Bernardo Solá, quedaron en el ojo de la tormenta por un conflicto con una de sus empleadas que acudió a la Justicia por diversos reclamos laborales. Entre ellos, esta persona aseguró que Solá la había sometido a situaciones de acoso y hostigamiento en el trabajo.
“Está de moda hablar mal de los jefes, está todo en mano de abogados”, fue lo primero que dijo Maru a TN Show, dando a entender que no pensaba decir nada más al respecto. Sin embargo, horas más tarde, la pastelera le mandó un audio furioso a Luis Bremer, que el periodista reprodujo en Desayuno Americano.
Botana arremetió contra la denunciante, que terminó por aceptar un monto millonario para frenar la demanda. “Esta chica es mala persona, ya está todo en manos de los abogados. Es una basura, no lo puedo creer, aparte ya arreglé todo”, se le oye decir en el mensaje de audio que autorizó a transmitir en el ciclo de América.
“Es la pura verdad”, concluyó Maru sobre la ex empleada que firmó un acuerdo extrajudicial tras reclamar por años de trabajo en negro, sueldos adeudados y otras situaciones catalogadas de “acoso laboral”. ¿Por cuánto arreglaron? En principio, Botana y Solá le tienen que pagar 50 millones de pesos, con una primera entrega de 22 y el resto en cuotas en dólares.
LA DENUNCIA DE LA EX EMPLEADA DE MARU BOTANA
El bombazo que le estalló en la cara a Maru y Solá salió a la luz en LAM, el martes 16 de diciembre, cuando Ángel de Brito lanzó: "Hace tiempo nos escribió una chica que se sentía hostigada por el marido de Maru Botana. Quería dar una nota, la iba a dar, y casualmente llegaron a un arreglo judicial, por lo que la nota no se hizo".
"Pero esto fue así: una ex empleada de Maru Botana que trabajaba en su local de la calle Echeverría demandó a la pastelera y a su esposo por deudas salariales y particularmente contra Bernardo Solá, que es el esposo de Mauro Botana, por acoso y hostigamiento laboral todo en el juzgado Nacional de primera instancia Número 45", informó Ángel.
Documento en mano, el conductor leyó: "El señor Solá habitualmente observaba partes específicas del cuerpo de la actora, incluso del cuerpo de otras trabajadoras, lo que no solo la incomodaba sino que la obligó a dejar de maquillarse y llegar al trabajo más desprolija". Como sea, la mujer decidió frenar todo al aceptar el monto propuesto por los abogados.



