El anuncio de la velada Párense de manos revolucionó el mundo del espectáculo. El próximo 20 de diciembre, en el estadio de Huracán, Mica Viciconte se subirá al ring para enfrentarse con Flor Vigna, su enemiga de aquellos años explosivos en Combate. La noticia causó sorpresa no solo por el regreso de la marplatense a una competencia física, sino también por el condimento especial de tener enfrente a su rival histórica.
A la hora de contar cómo recibió la propuesta, la panelista fue clara. "Me llamaron de la organización y me dijeron que querían que peleara en diciembre. Cuando me dijeron que la rival sería Flor, lo pensé mucho. Ella ya tiene experiencia en el ring, entrenó un año entero. Me hice mil preguntas, pero después dije: ‘¿Por qué no? La vida en sí es una pelea constante’", confesó en diálogo con Pronto.
La decisión no fue inmediata y necesitó del aval de su entorno. "Lo hablé con mi pareja, con mi familia y con mis compañeros de trabajo. Fueron semanas de dudas, preguntándome si debía hacerlo o no. Finalmente, decidí que quería asumir el desafío", aseguró Viciconte, que hoy comparte pantalla en Ariel en su salsa.
En cuanto a la preparación, reconoció que su agenda es un caos entre entrenamiento, familia y trabajo. "Intento todos los días, aunque mi rutina es compleja. Tengo un hijo de tres años, una familia numerosa y un trabajo diario. Hago malabares para repartir mi tiempo entre todo y aun así trato de entrenar lo más que puedo", explicó. Además, dejó en claro que el miedo no la paraliza: "El miedo genera alerta, te obliga a estar atenta y enfocada".
LA CONFESIÓN DE MICA VICICONTE SOBRE SU PELEA CON FLOR VIGNA
La relación con Flor Vigna sigue siendo un punto caliente. "Si esta pelea hubiese sido diez años atrás, hubiese sido sangrienta. Hoy hay buena onda, pero tampoco puedo perdonarla porque sé que ella tampoco lo hará", lanzó sin filtro. En ese sentido, recordó la intensidad de los años en Combate: "Había una bronca muy grande. Éramos chicas y nos jugábamos el trabajo, entonces defendíamos a muerte a nuestros equipos".
Y sobre lo que puede pasar arriba del ring, no dejó lugar a dudas. "Nos conocemos demasiado, como si fuéramos una pareja de ex. Ninguna de las dos soporta perder y yo soy muy exigente conmigo misma. Si pierdo, me culpo y me digo que tendría que haber entrenado diez veces más". Cerró contundente, sin vueltas: "No somos amigas".


