Desde que se separó de Fabián Cubero su vida cambió. Se metió en un terreno que no la favorece y del que no puede salir. Con la guardia alta, Nicole Neumann (38) está a la defensiva, preparada para responder y golpear con frases crudas a quien se le ponga enfrente. En los últimos meses, tuvo varios altercados y conflictos de diferente índole.
Tal vez para descansar y ponerle paños fríos a la cuestión, con la intención de bajar un cambio para volver a arrancar, la modelo pidió permiso en Nosotros a la mañana, donde es una de las panelistas, armó las valijas, y se fue de vacaciones. Con sus hijas Indiana (11), Allegra (8) y Sienna (5) se subieron a un avión con destino a Bariloche.
Madre e hijas hicieron un plan de chicas solas con una sola intención: divertirse y sonreír. De antemano, el vuelo no arrancó de la mejor manera. Sucede que en el avión se cruzó con un grupo de egresados que fueron, desde que despegó hasta que aterrizó, gritando, cantando y caminando por el pasillo de un asiento a otro. Esta cuestión no le hizo mucha gracia, y sobre todo a sus pequeñas, que miraban con desconfianza a los estudiantes.
Una vez allá, disfrutaron del Cerro Catedral y de las diferentes actividades que ofrece uno de los lugares más visitados por los turistas todos los inviernos. Las nenas quedaron maravilladas con la nieve, y, ante tanta alegría, Nicole no dudó mandarlas a una escuelita de esquí para que empiecen a dar sus primeros pasos. En el caso de la modelo, ella sí, mucho más canchera, aprovechó las pistas para esquiar y hacer snowboard.
En plan de visitas, estuvieron en la estancia Peuman Hue, donde disfrutaron de la naturaleza. Allí se cruzaron con caballos y hasta se tomaron un tiempo para alimentarlos. Sin embargo, no todo fue como se esperaba. Si bien se propuso desconectarse, las redes sociales, esas de las que no se puede despegar, muchas veces le informaron cosas que no le gustaron.
Lo último fueron las críticas que recibió por su figura y delgadez. Con más de veinte años de trayectoria, la rubia no se anduvo con vueltas y respondió con dureza a quienes la mandaron a alimentarse mejor.
“Soy flaca por genética, porque entreno tres veces por semana y porque me ocupo de comer sano. Mi alimentación es vegetariana desde hace 23 años y 80% vegana (siempre lo dije así). Tuve tres hijas pero siempre me ocupé de seguir gustándome sin sacrificios extremos. Tengo 38 años y soy una mujer joven, llena de sueños y ganas. Puedo ser mamá, mujer, amante, amiga y todo lo que quiera. Puedo equivocarme, pero siempre aprendo de mis errores e intento ser mejor persona”, cerró ella, evitando los problemas...
