Luego de reunir a todos los invitados, el primer segmento en el programa PH Podemos hablar, conducido por Andy Kusnetzoff, es hacer pasar al frente a quien hizo tal o cual cosa. El conductor hace una pregunta y los que tienen una respuesta positiva dan un paso adelante y desarrollan el tema. El sábado 24, uno de los invitados fue Pablo Echarri (48). Tal vez por sentirse contenido, o a resguardo en su entorno, a gusto con el programa, el galán decidió abrir una puerta que estaba cerrada bajo llave para el público. Sin miedo a la crítica, a lo que pueda generar con su palabra, fue al hueso y reveló una parte de su vida que no era pública. Sacó a ventilar, tal vez intentando dejar un mensaje a las nuevas generaciones, una parte de él que está ligada a la oscuridad. Todo comenzó cuando Andy preguntó si alguien había probado drogas alguna vez. Pablo no esquivó el tema y fue uno de los que avanzaron. Sorprendió a más de uno con su respuesta. En principio, dividió el tema en dos.
Primero habló de lo que él llama drogas recreativas, pero con el desarrollo se terminó metiendo en el tema y reconociendo que tuvo un pasado áspero, que probó otras sustancias, pero logró salir. “Sí, he tenido relación con algunas drogas, en general de forma recreativa, con la marihuana, que no la considero una droga. Creo que tiene que ver con esa necesidad de curiosidad que tenemos o no, porque hay gente a la que naturalmente le pasa por el costado, pero sí, he sido curioso”. Tal vez, en pleno auge, cuando el galancito empezaba a asomar, los amigos del campeón lo llevaron para el lado incorrecto. El reconocimiento, la fama y la noche lo inclinaron hacia ese lado, que recuerda con vergüenza y que dejó atrás. En sintonía, se enfocó en cómo hizo para salir de ese mundo al que ingresó casi sin darse cuenta o, como él lo dice, por curiosidad.
A diferencia de lo que acontece con quienes prueban y se quedan en ese mundo por no poder encontrar una salida, brindó su receta. Si bien admitió que no es fácil, que se necesita de mucha dedicación, vocación y esfuerzo, encontró la fuerza en su entorno. “El tiempo, los hijos, cierta vergüenza también al haber pasado estados feos…”. El nacimiento de sus hijos, Morena y Julián, le abrió los ojos y lo alejó de esa oscuridad. Su mujer, Nancy Dupláa, también tuvo que ver para que pudiera salir adelante y olvidar esta etapa de su vida. Más aplomado, con una familia sobre su espalda, hijos que lo necesitan, dio un giro radical para cambiar su rumbo. De todas maneras, para dejar en claro qué contacto tuvo él con estas sustancias, clasificó y remarcó su vivencia con el tema. “Algunas drogas, como la marihuana, son recreativas, pero después hay otras mucho más duras, que dejan un saldo emocional profundo, terrible. Lo bueno, en mi caso, es que pude experimentarlas y de alguna manera decidí no elegirlas más. Creo que ese es el proceso natural que alguien tiene que hacer”. Para el final, ante la atenta mirada de todos los invitados al programa, Echarri no quiso dejar el tema sin antes emitir un mensaje de aliento. Les dedicó un párrafo a los adolescentes. A los chicos, a esa parte de la sociedad más vulnerable, que suele caer en estas redes sin un contorno que les marque un camino. “Hoy tiene que haber argumentos válidos; si no, los chicos van por ese costado”.
Pablo Echarri reconoció su pasado con las drogas
Echarri y Duplá, una pareja consolidada
