Es absurdo. Desconozco por completo lo que dice esta mujer”. Nuevamente, Juan Darthés (53) era consultado por la prensa con respecto a otra denuncia por acoso sexual en el ámbito de unas grabaciones televisivas. En esta ocasión, la que responsabilizó al actor de haberse propasado con ella fue Anita Coacci, quien fue su compañera en Gasoleros, esa exitosa novela que salió al aire por El Trece entre 1998 y 1999. “Es un invento”, se defendió el galán, de algún modo repitiendo las mismas palabras que en momentos anteriores, cuando le tocó defenderse frente a los micrófonos de los dedos de otras mujeres que compartieron elenco con él y también padecieron sus presuntos embates en la intimidad de un camarín o en los pasillos de un canal. “Este señor se desliza hacia mí con la silla que tenía rueditas y se me tira encima, se para y me tira contra la pared, me besa, me mete la lengua, me agarra la mano y me hace tocarle su miembro, mientras me dice: `Mirá cómo me ponés´. Yo, congelada y sin poder reaccionar. En segundos entró una de las chicas de vestuario y él se separó inmediatamente y yo me fui. Los días siguientes de grabación me persiguió. Terminé de grabar y no volví a verlo. Supe que mientras esto pasó su mujer estaba embarazada y eso me sumó todavía más asco”, fue una parte del relato de Coacci, cuando decidió romper su silencio y sumarse a la cadena de voces que se alzaron contra Darthés, a raíz de su supuesta conducta abusiva hacia algunas chicas que trabajaron con él.
La primera que hizo público su descargo y que incluso le terminó dando origen a una causa judicial fue Calu Rivero, que al igual que Coacci aseguró que el cantante se extralimitó con ella cuando integraban el elenco de Dulce amor. Según detalló el abogado de la actriz, Jorge D'Antona, “en la última escena de sexo de la novela, en un momento dado el director, en la parte donde ella está por encima de él, la reta: `¡Corten! Calu, ¿y el texto´?, le preguntó. Y Calu fue muy directa: `¿Cómo hago para decir el texto si no para de besarme´. Mi defendida fue muy contundente y explícita para contar lo que vivió con Darthés”. Estas declaraciones desembocaron en el inicio de un expediente por daños y perjuicios solicitado por Darthés, que oportunamente adelantó que a Rivero la iba a “llevar a juicio porque no quiero que esto se banalice”. Se estableció una mediación que finalmente no llegó a buen puerto, razón por la cual la causa sigue su curso. “La intención de Juan va más allá de un acuerdo y quiere que se clarifique en la Justicia lo que realmente ocurrió, pero sobre todo que su nombre deje de estar vinculado con esto. Primero Rivero habló de abuso, luego de acoso y más tarde refirió a que la pasó mal en la tira y que piensa escribir un libro contando todo eso”, declaró en esa ocasión Ana Rosenfeld, que fue la abogada que eligió Darthés para contraatacar a Calu.
Si la idea fue marcar la cancha para acallar futuras denuncias, la estrategia no parece haber dado resultado. Porque luego de tomar estado público la situación de Calu, apareció en escena Natalia Juncos, que se desempeñó junto con Darthés en la novela Se dice amor. Según sus dichos, “teníamos que grabar una escena y yo tenía puesto un vestido corto, y antes de filmar me tocó con el dedo índice por toda mi espalda, hasta el muslo, y me dice: `Ay cómo me calentás´. Me doy vuelta y me muestra la erección que tuvo. Me quedé helada, en ese momento no hice nada, me quedé callada”. Juncos explicó también las razones que la llevaron a mantener en reserva esa traumática experiencia: “No lo conté hace doce años porque tenía miedo y pensé que nadie me iba a creer, yo no soy conocida. Pero ahora que Calu lo cuenta yo decidí salir a revelarlo porque quiero apoyarla a ella y solidarizarme con actrices que hayan pasado por ese mismo momento. Hay que terminar con esto, no puede seguir existiendo el abuso en todos los ámbitos”. Darthés, llamativamente, cambió de abogado: afuera Rosefenld, adentro Fernando Burlando. “De todo lo que se lo ensucia, no hay una sola prueba. Tiene una trayectoria intachable”, se pronunció el mediático letrado. Y hasta el Pepo, cantante tropical, le respondió en la mesa de Mirtha Legrand: “No creo que signifique mucho. Yo compartí escenario con un persona a la que me cansé de abrazar y elogiar como amigo y artista, y días atrás me enteré de que violaba a la hijas”.
Se le puso feo el asunto
Darthés, acorralado
