Hay noticias que duelen desde el primer renglón. De esas que cuesta escribir y que nadie quisiera leer. Durante la mañana de este sábado 13 de diciembre murió Héctor Alterio, uno de los actores más prestigiosos, respetados y queridos de la Argentina, con una trayectoria que trascendió fronteras y lo convirtió en una figura central también del cine español.
Alterio tenía 96 años y una vida entera dedicada al arte. La confirmación de su fallecimiento llegó desde la Academia de Cine de España, país en el que residía desde hacía décadas y donde desarrolló gran parte de su carrera.
Poco después, Pentación Espectáculos, productora de Una pequeña historia, la última obra que protagonizó en Madrid, difundió un comunicado de la familia Alterio-Bacaicoa. Allí, sin detallar las causas del deceso, expresaron que “se fue en paz después de una vida larga y plena dedicada a su familia y al arte”.
Si bien no se conocieron detalles sobre alguna enfermedad previa ni razones puntuales de su muerte, desde el entorno de Héctor remarcaron que estuvo activo hasta sus últimos años. Y de alguna forma, esto refuerza la decisión de la familia de mantener reserva sobre las causas de su fallecimiento.
EL COMUNICADO QUE DIFUNDIERON TRAS LA MUERTE DE HÉCTOR ALTERIO
El texto completo decía: “Queridos amigos y compañeros, con profundo dolor, queremos comunicaros que hoy, 13 de diciembre por la mañana, nos ha dejado Héctor Alterio. Se fue en paz después de una vida larga y plena dedicada a su familia y al arte, estando activo profesionalmente hasta el día de hoy. Descanse en paz”. Palabras cargadas de sentido que retratan el modo en que Alterio eligió transitar sus últimos años: arriba de un escenario, en actividad, fiel a su vocación.
Nacido en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1929, Héctor debutó como actor en 1948 con la obra Prohibido suicidarse en primavera, de Alejandro Casona. Desde entonces, su camino artístico no se detuvo. En 1966 llegó un punto de quiebre con Todo sol es amargo, dirigida por Alfredo Mathe, y a partir de allí comenzó a construir una filmografía que hoy forma parte de la historia grande del cine argentino.
Alterio fue protagonista de títulos fundamentales como La tregua (1974), de Sergio Renán, junto a Luis Brandoni y Ana María Picchio, y Camila (1984), dirigida por María Luisa Bemberg, junto a Susú Pecoraro e Imanol Arias. Ambas producciones fueron nominadas al premio Oscar como mejor película internacional.
En 1985, La historia oficial, que protagonizó junto a Norma Aleandro, se convirtió en la primera película argentina en ganar el máximo galardón de la Academia de Hollywood. Años más tarde, en 2001, El hijo de la novia, con Ricardo Darín y dirección de Juan José Campanella, volvió a poner su nombre en la vidriera internacional.
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En 1975, amenazado de muerte por la Triple A, Alterio se exilió en España. Allí continuó una carrera sólida y respetada, con trabajos en películas como A un dios desconocido, El crimen de Cuenca y El nido, esta última nominada al Oscar en 1980. En 2004, la Academia de Cine español lo reconoció con el Goya de Honor.
En 2023, el Ministerio de Cultura de la Nación lo homenajeó en un emotivo encuentro que reunió a figuras como Ricardo Darín, Víctor Laplace y Georgina Barbarossa. Ese mismo año, Héctor se despidió de los escenarios argentinos con A Buenos Aires, dirigida por su esposa, Ángela Bacaicoa. Se fue un actor enorme. Queda su obra, intacta.
