El cantante abrió su corazón en el programa de Juana Viale y emocionó a todos con su historia de vida.
Rodrigo Tapari encontró en la música mucho más que una profesión. Durante 14 años fue vocalista del reconocido grupo musical "Ráfaga" y actualmente es cantante solista.
Si bien ya era conocido en la industria musical, sus participaciones en el Cantando 2020 y este año en La Academia hicieron que se gane el cariño de la gente y que muchos se sientan identificados con su conmovedora historia de vida.
El cantante había contado en el programa de Marcelo Tinelli que su presente es muy distinto a lo que fue su pasado ya que sufrió adicciones y pasó por duros momentos.
Este domingo, invitado a la mesa de Mirtha Legrand, que conduce actualmente su nieta Juana Viale, recordó las veces en que le faltó un plato de comida en su mesa y conmovió a todos.
"Yo me crié en un lugar muy humilde, empecé a trabajar a los doce años de peón de albañil, muchas veces me tocó salir a juntar cosas de la calle, como cartones o lo que sea, para comprar harina, yerba. Yo me acuerdo que iba a pedir el cebo a la carnicería, que te lo regalaban, para fritar y hacer tortas fritas y mate cocido, y vivíamos a eso”, contó a corazón abierto.
Además, Tapari confesó que cuando comenzó en la música terminó haciéndose adicto al alcohol: “Entonces, cuando me llega todo esto de la música, que logro entrar en un grupo reconocido y empiezo a viajar por el mundo, se me fue, no lo pude controlar, era totalmente desconocido para mí. Y eso me llevó a perder el control”.
Al ser consultado por Juana sobre el motivo que lo llevó a dejar su adicción y querer cambiar, Rodrigo contestó al borde de las lágrimas: "Mi hija. Hoy ella tiene 14 años, cumple 15 el año que viene. Me emociona contar esto, pero sí, fue mi hija. La vi a sus 6 años pidiendo ayuda porque decía que nosotros nos íbamos a matar, que nos íbamos a separar. Pidiendo ayuda a una persona que no éramos nosotros, los padres, y ese día sentí que estaba perdiendo el control de todo”.
Aunque todo eso quedó atrás y en la actualidad disfruta de sus hijos, Luciana y Matteo, fruto de su amor con Antonela Valenzuela, Rodrigo no quiso dejar de recordar que su incursión en la religión cristiana ayudó a que tenga este maravilloso presente.
“Cuando me encuentro en esa situación con mi hija ahí decidí poner un freno. Y en el primer viaje que hago a Estados Unidos me encuentro con un matrimonio amigo de mi esposa, que ellos son cristianos, que me invitaron a la Iglesia y de ahí al día de hoy le entregué mi vida a Dios y todo cambió”, concluyó agradecido.