Pocas horas después de la tragedia que apagó la vida de Gustavo Martínez se declaró una impensada y cruenta guerra entre los familiares del entrenador personal -básicamente, sus sobrinos- y los miembros del clan Fort que incluyó acusaciones públicas y privadas y un incesante tira y afloje por el destino final de los restos del ex novio del comandante Ricky Fort.
Todo comenzó cuando Felipe Fort, hijo de Ricardo y quien estaba a cargo de Gustavo Martínez por orden de su papá, subió una serie de posteos criticando la decisión de su tutor de arrojarse al vacío desde el balcón de un piso 21. Se dijo que su cuenta había sido hackeada, pero el propio joven lo desmintió y hasta habló de maltrato. Marta, su hermana, fue un poco menos contundente en sus palabras, pero acusó a Martínez de haber protagonizado un acto "egoísta".
Furiosos, los sobrinos de Gustavo Martínez salieron a contestarle a Felipe, y subieron el tono del cruce. "Les limpió el culo desde que eran bebés y ahora le devuelven con esta ingratitud. Lo habían abandonado, lo habían dejado solo. No tenía un peso y hasta temía quedarse en la calle cuando los chicos cumplieran 18 y se fueran a vivir afuera como se comenta que le habían avisado. Son dos ingratos", dijeron.
"En un primer momento, los Fort aceptaron hacerse cargo de los gastos de velatorio y entierro, pero después no respondieron más", acusó Charly, pareja del sobrino de Gustavo Martínez.
A medida que iban saliendo en diferentes programas de televisión, sus palabras iban aumentando de tono. Incluso, llegaron a pedir que habría que investigar lo que sucedió esa madrugada fatal en el edificio. "Gustavo siempre fue un hombre muy cuidadoso de su cuerpo, así que nos llama la atención que haya hecho esto. Habría que ver qué se dijo, qué pasó en ese departamento".
La guerra derivó en una controversia por el destino final que tendría Gustavo Martínez. Se dijo, en ese sentido, que los Fort no querían velatorios ni ceremonias públicas, y que por el contrario aceptaban hacerse cargo de todos los gastos si se terminaba todo rápidamente y sin la presencia de periodistas ni de famosos. Los Martínez querían otra cosa. "Honrar la memoria de nuestro familiar, y que venga el que quiera".
La justicia, a través de la fiscalía interviniente, les dio la razón a los Martínez "por ser los únicos familiares de sangre de Gustavo", quien finalmente será velado en la cochería Zucotti en una ceremonia a la que podrán asistir aquellos que quieran ir a tributarle un último adios, ya sean figuras públicas o personas anónimas. Luego será trasladado al cementerio de la Chacarita y no a uno privado de San Isidro para ocupar un lugar en la bóveda de los Fort.
