No pasa inadvertido en ningún rincón del planeta. Su sola presencia implica un revuelo, al menos activa la curiosidad extrema hasta en los ciudadanos más respetuosos. Lionel Messi y Antonela Roccuzzo procuran desarrollar una vida normal, un rasgo que se acentuó con su mudanza a Miami.
El astro argentino acaba de ser captado en una actividad cotidiana, que lo pinta de cuerpo entero y que grafica que más allá de su impacto global, del amor de millones de personas, se mueve como cualquier transeúnte y sobre todo como un padre baboso.
En ese comportamiento amoroso que refiere a su gusto por estar en familia, Lionel armó una tarde distinta junto a su esposa Antonela y se dirigieron al predio del Inter de Miami, pero no para un entrenamiento propio o por alguna acción publicitaria.
Resulta que Messi y Roccuzzo fueron captados en la tribuna de una cancha auxiliar, sentados como dos padres más y con total tranquilidad. ¿Por qué estaban ahí? Sus hijos Thiago y Mateo llevaron a cabo partidos oficiales de sus categorías infantiles.
El mayor de los herederos del clan Messi se desempeña en la división Sub 12, mientras que el segundo en la Sub 10. Así, los pequeños, que también llevan el número diez en la espalda como su padre, corrieron detrás de la pelota en un duelo ante el Cincinnati FC.
Mientras los gurrumines se divertían, un espectador grabó a Lío y Anto en las gradas, tumbados con mucha relajación y disfrutando de la pasión de sus pequeños. Un fragmento familiar impresionante, que se viralizó inmediatamente por todo el planeta.
