La Casa Real británica vuelve a estar en el foco de atención tras el anuncio oficial de Guillermo y Kate Middleton. Los príncipes de Gales confirmaron que dejarán Adelaide Cottage para mudarse a Forest Lodge, una majestuosa residencia ubicada en el corazón de Windsor Great Park.
La noticia, que venía siendo motivo de especulación, fue finalmente confirmada y desató una ola de comentarios sobre los motivos y las implicancias de este cambio. Forest Lodge se presenta como una vivienda de mayores dimensiones y comodidades, ideal para la vida familiar que han construido junto a sus hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis.
La diferencia con su actual residencia es significativa: de una casa de cuatro dormitorios pasarán a una mansión de ocho habitaciones, con amplios salones y un diseño que combina lo clásico con lo moderno. El vestíbulo de techo abovedado, las chimeneas de mármol y las ventanas venecianas se suman a una cocina totalmente equipada, garajes privados y sistemas de seguridad reforzados.
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Aunque todavía no se anunció una fecha exacta, la mudanza está prevista para antes de fin de año. Ya se han presentado las solicitudes de urbanismo correspondientes y las obras de remodelación comenzaron hace semanas. Pintores, decoradores y equipos de seguridad trabajan en las reformas, que incluyen tanto interiores como exteriores.
LAS REFORMAS EN LA CASA REAL BRITÁNICA DE GUILLERMO Y KATE MIDDLETON:
Uno de los puntos que más llamó la atención fue la confirmación de que los costos de las obras serán asumidos por la propia pareja y no por fondos públicos. Incluso, trascendió que podrían pagar un alquiler de mercado, un gesto poco común dentro de la realeza británica y en línea con la visión moderna y austera que intentan imprimir a su vida familiar.
La seguridad también ocupa un lugar central en el plan. En Forest Lodge se están instalando barreras naturales con setos y árboles, así como vallas y sistemas de protección visual que garanticen la privacidad de la familia real en un entorno más protegido.
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Otro detalle importante es que, al igual que en Adelaide Cottage, no contarán con personal interno residiendo en la casa. Solo su niñera, María Teresa Turrión, continuará acompañándolos en la crianza de los niños, pero sin modificar la dinámica cotidiana que buscan mantener lo más normal posible.
El entorno rural de Forest Lodge, rodeado de naturaleza, ofrece la tranquilidad que Guillermo y Kate consideran esencial para criar a sus hijos, lejos del ruido urbano pero cerca de la escuela donde asisten los pequeños. Una decisión que refleja su prioridad de resguardar tanto la privacidad como el bienestar de la familia.
