Toda historia de amor guarda para el final el capítulo que sus protagonistas nunca quiere leer: el del desamor. Y ahora, que mucho se habló de la novela de Shakira y Gerard Piqué, que terminó en escándalo, infidelidades, engaños y hitazos mundiales, surgió una nueva pieza que permite entender mejor lo que pasó.
Del historial pirata de Piqué se sabe de sobra. También, de la aparición de Clara Chía Martí en su vida. De un primer encuentro en el bar La Traviesa a becaria en Kosmos, de amante de Gerard a ser su novia oficial: el caminito de la joven estudiante de Publicidad que enamoró a Piqué es conocido.
Pero, hasta ahora, poco y nada se sabía del trasfondo de la pareja, de lo que pasaba puertas adentro en el día a día de la colombiana y el español que estuvieron juntos 12 años y fueron padres de Sasha y Milan. ¿Habrá sido la “monotonía” la responsable del fin del amor, como cantó Shakira con Ozuna?
Según personas del entorno de Gerard, el punto álgido de la convivencia que terminó por derrumbar todo fue la personalidad de la cantante, que definieron como “insoportable”. Aparentemente, Shaki intentaba supervisar cada detalle de su casa y de su vida y dirigirla como si fuera uno de sus shows.
“No le importa que ella haga canciones sobre él o sobre su novia, ni que diga incluso que quiere o quiso volver, porque aseguran que no es cierto”, aseguraron desde el medio Vanitatis, según declaraciones de los íntimos del hombre.
Y agregaron: “Es más, cuando Piqué y Shakira se separaron, él estaba, según sus amigos, cansado de la intensidad de la colombiana. Sentía que ella lo controlaba todo y se quejaba mucho: las peleas eran continuas”.
De esta manera, estas versiones indican que el declive se dio a raíz del “aburrimiento” de Piqué, que, sumado a los años de pareja, preparó el marco ideal para el rol que pronto tomaría la joven Clara, con quien el español dijo sentirse “joven y pleno”.
