El de la inflación, los tarifazos y las penurias económicas. El de las elecciones. El de River eliminando a Boca pero perdiendo sobre la hora con el Flamengo. El de Tigre campeón después de irse al descenso. El de ATAV, Showmatch y PH rompiéndola toda. El del básquet emocionando hasta a los que ni siquiera saben cómo se juega. El del casamiento de Pampita y la ruptura de la China y Vicuña.
El de Mariana Nannis puteando al Pájaro Caniggia. El de la vuelta del peronismo. A punto de despedirse (¡por fin!), 2019 fue todo eso y también fue el año en que la farándula se llenó de musculosos. Algunos –la mayoría– por “novios de” y otros, los menos, por cuestiones de laburo, llegaron a las páginas de las revistas, a las pantallas de la tele y a las plataformas digitales para que nuestro ambiente desborde de cuerpos trabajados, brazos enormes, bíceps marcados y torsos del demonio. Vamos a repasarlos.
A Nicolás Occhiato, uno de los hombres de la temporada, lo conocimos por ser la pareja de Flor Vigna. Conducía un programa y había estado en Combate, pero pocos tenían registro de él. La ruptura con la bicampeona de Showmatch –y su ingreso al Bailando, claro– lo elevaron al olimpo de los galanes más codiciados del país, lugar desde el que disfruta de su actualidad. Mueren por él, al punto de confesarlo públicamente.
Otro a quien conocimos por su noviazgo con una famosa fue a Guido Mazzoni. El hombre de negocios –es dueño de un gimnasio– conquistó a Sol Pérez, nada más ni nada menos que a Sol Pérez, a fuerza de simpatía y de tener cuerpo de atleta.
Albert Baró ya se volvió para Cataluña, pero quién puede negar que hizo roncha en la Argentina. Su paso por ATAV y su relación nunca confirmada con Delfina Chaves fueron dos de las tres circunstancias que lo ubicaron como uno de los hombres del momento. La otra fue su físico, que descubrió a cuentagotas en Instagram. Jamón (y no serrano, donde España saca un campo de ventaja) del medio.
Santiago Caamaño, el Bocha, arrancó el año siendo un desconocido y lo termina como el compañero afectivo de Nazarena Vélez, con todo lo que eso representa. Fue la actriz, varias veces, quien destacó “la tabla de lavar” que tiene en su abdomen. Una simple repasadita por sus redes sociales alcanza para darle la razón a la muchacha.
¿Quién no habló o escuchó nombrar, hace dos o tres meses, a Leo Alturria? Su frenética presentación-distanciamiento-reconciliación con Lizy Tagliani le dio más minutos de aire que a Román Riquelme estos días. Impresionante. Tanto aquello como su lomazo: jugador de rugby, encargado de edificios, a veces modelo, eterno aspirante a actor, deslumbró a la conductora de El precio justo y a mucha más gente.
Propietario de El Palacio de la Oportunidad, de Rosario, Martín Baclini aprovechó al máximo cada “oportunidad” –precisamente– para mostrar que además de vender perchas y tuppers y tener “un millón de amigos” también se mata en el gimnasio para tener la figura que tiene. Ya no está con Cinthia Fernández, pero sigue en el candelero.
¿Rodolfo Barili? No, Yoel Freue: el novio de Cristina Pérez les dio un golpe de nocaut a los rumores que vinculaban a la periodista con su compa en el noti de Telefe. Es fana del boxeo y en sus brazos ultrapoderosos se nota el trabajo con bolsa y punching ball.
“Te quiero felicitar porque tu novio está fuertísimo”. Julia Mengolini puso en palabras lo que muchos piensan de Braulio Bauab, el desarrollador inmobiliario que enamoró a Luis Novaresio: que es un muchacho de altísimo impacto. Alcanza con ver su foto para darse cuenta.
Lo que tiene de fortachón, Nacho Saraceni lo tiene de tímido. Un combo tremendo: cierto pudor, un cuerpazo de aquellos, un talento notable para el baile y su incipiente vínculo con Flor Torrente lo volvieron una de las revelaciones de la temporada. Aunque en este caso, curiosamente, la que sacó músculos de tanto remarla para que le diera bolilla fue ella…
