Aprovechando lo que fue el día del niño, o ahora conocido popularmente como el día de las infancias, Luciana Salazar lo utilizó para mostrar en sus redes sociales el increíble parecido que tiene con la pequeña Matilda, el cual sorprendió teniendo en cuenta que no la tuvo en su vientre.
Corría el año 2017 cuando Luciana Salazar recibió a su hija Matilda producto de un tratamiento de gestación subrogada. El hecho de no haberla podido tener en su vientre no fue un impedimento para que con el correr de los años madre e hija se mimetizaron al punto de ser muy similares físicamente.
En este contexto, la modelo aprovechó este día para compartir distintas imágenes de ella cuando tenía la edad de Matilda, por lo que eligió ir poniendo una suya y al lado una de su hija, por lo que sorprendió el increíble parecido que hay entre ellas.
“Feliz día mi pequeñita hermosa! Que esa dulzura e inocencia que tanto te caracteriza, la lleves de por vida”, escribió la modelo en sus redes sociales para saludar a su pequeña hija en lo que fue su día, el cual se celebró en todo el país el pasado domingo.
Fueron dos las imágenes que compartió en este día haciendo alusión al increíble parecido que hay entre ellas. De un lado Luciana Salazar colcaba una foto de ella en su infancia y arriba le escribió: “Mami”. Del otro lado, estaba Matilda, por lo que puso: “Matu”.
“Mami y Matu, en nuestro corazón siempre”, agregó la modelo. Al mostrar esto, fueron miles los comentarios que le llegaron para destacar el increíble parecido entre ellas. Sumado a esto, también hubo quienes se encargaron de consultar por la madre verdadera de Matilda.
Sin embargo, hace un tiempo que Luciana Salazar mencionó que tomó la decisión de no continuar con el contacto, ya que le resultaba difícil. “No quedé con tanto diálogo, ella intentó más que nada por su hija, pero ya está para mí”, contó hace un tiempo.
Ahondando en el tema, Luciana Salazar intentó explicar los motivos: “No fue fácil, no la pasé bien, todo el proceso desde que se gestó, así que hay cosas que prefiero borrar de mi cabeza. Desde el día que me entregaron a mi hija, fue ‘chau, pasado’”.
