La espalda que provee la experiencia pesa mucho a la hora de evaluar la conveniencia de una decisión que a simple vista podría ser capaz de modificar a futuro el paradigma laboral. Cuando las etapas van transcurriendo y el guiño de la versatilidad profesional lo bendice, poner en la balanza costo y beneficio antes de jugarse por entero permitirá sacar conclusiones y verificar si realmente será productivo el hecho de empezar a volar en nuevos vientos.
Comediante por excelencia, actor de raza y valorado por sus pares, que generalmente le destacan su rápida adecuación a distintos personajes y también su calidad humana, Miguel Angel Rodríguez le agregó una tonalidad más a la decoración interior de su extensa carrera. Desde hace unos meses, de manera paralela a su faceta más conocida, que en un 99 por ciento estuvo anclada en los escenarios o reflejada en labores de comicidad televisiva, Minguito de Polémica en el bar se dedica a cortar la tela que deja cada fecha del fútbol argentino.
A diferencia de sus papeles más popularizados, como la imitación de su propio ex suegro en el mítico programa de América, su voz en la película Metegol o su recordado rol en Son amores, Miguel ahora se pone “los cortos” y sale a la cancha de la pantalla chica como periodista deportivo. Y mal no le está yendo, pues Los titulares –el espacio que comparte con Juan Manuel Rifle Varela en la TV Pública–, sin tirar la casa por la ventana presupuestariamente, supo ir ganándose su propio caudal de público con un estilo definido.
Dar la vuelta
El combo es actualidad y risas, pues, previsiblemente, la función de Miguel en la co-conducción no se circunscribe únicamente a deshojar lo que ocurrió en la Superliga. A lo largo de sus exposiciones, el cómico también tiene lugar para mostrar pinceladas de su repertorio humorístico, ese que lo llevó a ser quien es. Igualmente, al margen del positivo andar de Los titulares, Miguel transita además un excelente segmento personal que seguramente lo apuntala anímicamente para desarrollar esta tarea novedosa en él.
En su vida privada, el contexto también le sonríe, pues día a día afianza su convivencia con Marcela Gargano (39), la mujer que lo acompaña formalmente desde diciembre de 2018 y que ocupó el lugar que había dejado vacante Maribel Altavista, su pareja durante treinta años y madre de sus dos hijos, Imanol y Felipe.
Tras separarse de ella, Miguel jugó varios partidos para el equipo de los solteros, hasta que se cruzó con Marcela y el flechazo lo llevó a cambiar otra vez de camiseta. Dentro de unos meses se cumplirá el segundo aniversario de la fecha en que eligieron blanquear el romance. Será después de noviembre, cuando Miguel Angel cumpla 59 años y pueda, con toda su experiencia sobre la mesa, comprobar que su determinación de volcarse a un género comunicativo inusual para él también terminó siendo un acierto.
