Los días siguen pasando y la gran boda del año se asoma en el horizonte. Nicole Neumann y el corredor de Turismo Carretera, Manuel Urcera, ultiman detalles para el gran evento que se dará en diciembre en el sur argentino.
Pero no fue un año para nada sencillo para la modelo. A los habituales cruces con su ex pareja, Fabián Cubero y Mica Viciconte, se le sumó un conflicto que le toca la parte más sensible, la pelea con su hija mayor Indiana y su posterior mudanza con “Poroto”.
A pesar de las controversias y una pelea que todavía no encuentra un punto de retorno, el sostén de Nicole radica en el amor de sus hijas y de su pareja, un Manu Urcera que tampoco tuvo el mejor de los años, pero que se encarga de enamorar una y otra vez a la ex integrante de Los 8 Escalones.
Con respecto a la relación que mantiene con su futuro esposo, Nicole intentó ponerle palabras a sus sentimientos: “Es difícil describir el amor. Es algo que se siente. Su corazón, su familia, cómo adoptaron a mis hijas, a mi familia. A todos”.
Por otro lado, no faltaron consultas sobre los detalles sobre su casamiento, una fiesta que duraría tres días, en San Martín de Los Andes, y de la cual poco más se sabe por el importante hermetismo con el que se fue guardando la información.
Sobre la boda, la novia hizo pública su intención de que “todo sea sorpresa”, a pesar de algunos datos que sí fueron dando, como parte del protocolo y los vestidos que utilizará, como también aseveró que los invitados podrán donar los regalos a una entidad benéfica.
Sobre los diferentes conflictos que giran alrededor suyo, Nicole fue tajante en su postura: “Yo quiero poner mi energía en todo lo que viene. Y en lo que no está quién tiene que estar ocupándose”.
Sin entrar en polémicas la modelo es consciente del peso de su imagen pública, algo que la posicionó en lugares incómodos. Para Nicole estar en la mira puede que sea el lado malo de la fama: “Lo que menos disfruto del medio es la invasión y las mentiras de la vida personal”.
