El día que Cristian U se consagró como el mejor jugador de toda la historia de Gran Hermano Argentina, Antonella cursaba el tercer año de la secundaria y ni siquiera pensaba en conocer a aquel muchacho de Barracas que prácticamente paralizaba y hacía polemizar a todo el país con su remera multicolor y su avasallante personalidad. Además, afuera lo esperaba otra mujer y los sueños de aquella muchacha pasaban por aprobar exámenes y no llevarse materias antes que por saber vida y obra del campeón más popular del reality más famoso de la tele.
Ocho años después, el juego es otro. Antonella ya tiene 23 y es la flamante novia del paseador de perros, que acaba de cumplir 39. No sólo eso: salen hace dos meses y al mejor estilo “Pampita-García Moritán” ya conviven en la vivienda del musculoso en el sur de la ciudad de Buenos Aires. “Pasa que ella es del oeste, vivía muy lejos de mi casa, y el tema del traslado era todo un tema, una incomodidad grande. Cada vez que tenía que llevarla, o buscarla, o ella quería venir era medio plomazo…", comenzó.
"Entonces una noche, que reconozco que estaba medio copetín, y cuando estás así te agarra más fuerte el amor, le pregunté si quería venirse a vivir a mi casa. Me respondió que no, que era una locura, yo medio me hice el enojado y le dije: ‘Bueno, entonces no nos vemos más’, ella se puso mal y quiso saber: ‘¿Me lo estás diciendo en serio o es una joda esto?’. Le dije que era en serio, y se vino. Para ella es su primera convivencia, para mí no. Por ahora estamos bien, muy bien, pero soy consciente de que son los primeros tiempos, los del enamoramiento. Ojalá sigamos así”, contó, frontal y sincero como siempre, el muchacho que organiza boliches y tiene un hotel para perros como trabajos permanentes.
Ese es el final de la historia, que tiene un comienzo nocturno y ruidoso. ¿Por qué? Porque Cristian y Anto se conocieron en un boliche. “Yo organizo boliches, y ella fue a bailar con una amiga. A la amiga la conozco y me la presentó. Entonces le dije: ‘Yo voy a estar con ella’, Anto escuchó y se rio. Al principio quedó ahí. Pensé que no iba a pasar nada. Que me había equivocado, porque al rato la vi charlando con dos flacos. Ya fue, pensé… Después la vi bailando sola, le pregunté si se había aburrido, me dijo que no, y le dije: ‘Me parece que me estabas extrañando’, volvió a sonreír y al rato le pude dar un beso”.
Como en sus épocas dentro de la Casa, Cristian jugó todo a ganador: “A las dos semanas fui de frente y le dije: “’Te estoy pensando un montón y quiero saber qué hago con esto’. Ella me dijo que le pasaba lo mismo y le propuse que nos dejáramos de boludear y empezáramos a salir en serio. Un poco arrancamos así”.
Y agregó: “El día de mi cumple aproveché para presentársela a toda mi familia y a los amigos que todavía no la conocían. Les cayó muy bien a todos porque es un encanto”. Al menos físicamente, hay que coincidir con U: morocha de ojos negros, pelo lacio y cuerpo delgado pero curvilíneo, la muchacha queda muy bien parada en las fotos.
Otro recuerdo del cumpleaños le dibujó una sonrisa a Cristian Urrizaga “la mujer de mi papá está padeciendo cáncer y en plena quimioterapia me sentí muy orgulloso de que venga a pasar un buen momento conmigo, y otros que dicen quererte y están bien ni vinieron”. Fue una noche dulce para él. Tanto como los dulces 16 que le lleva a su novia.
