Sabrina Rojas, como buena parte de las mujeres de su generación, creció mirando las telenovelas de la tarde y amando a los galanes que arrancaban suspiros desde la televisión abierta. Sin embargo, había un actor que la tenía completamente obnubilada: Gustavo Bermúdez.
La joven Sabrina no se perdía las tiras que tenían a Bermúdez como protagonista. Lo vio envuelto en dramas de amor y desamor con Andrea del Boca, en Celeste y en su continuación, Celeste siempre Celeste. También en Nano, aquella telenovela en la que hacía pareja con Araceli González.
Y, un día, a Rojas se le dio: la llamaron para trabajar con él en una producción de Telefe. Pero a la actriz no le ofrecieron cualquier papel, sino uno que hubiera enloquecido a su yo del pasado, porque lo que tuvo que hacer la rubia en esa novela fue interpretar a la novia de su amado galán.
Sabrina Rojas contó la anécdota, fascinada, en Pasó en América, el nuevo ciclo del canal de Palermo que conduce con Tartu, cuando en el estudio musicalizaron con el tema de una de las novelas de Andrea del Boca para anticipar un informe sobre su alejamiento de los medios.
“Escuchen esto. ¿Qué suena?”, preguntó Sabrina, y al reconocer quién cantaba, agregó, con una sonrisa: “Si habré visto las novelas de Andrea del Boca y Gustavo Bermúdez... ¡Toda la vida lo vi a Gustavo Bermúdez! Era mi galán cuando yo era chiquita”.
Acto seguido, la ex de Luciano Castro recordó lo que le tocó hacer, años más tarde, cuando compartieron sets con Gustavo Bermúdez en una novela que hacía Enrique Estevanez en el canal de las pelotas, Somos familia, en 2014.

“No me acuerdo cómo se llamaba. Pero yo hacía de su pareja y lo besé. ¿Entendés?”, le dijo a Tartu, y señaló: “Ese es el galán que yo veía en mi adolescencia, y en mi adultez pude hacer una de esas escenas que yo tanto veía”.