Fines de julio, principios de agosto. Invierno de 2018. En la tele hay un muchacho de pelo extravagante, ojos claros y trajes negros que grita desaforado sobre todo y sobre todos: para hablar de economía, su especialidad, pero también para acusar de zurdos a sus rivales o explicar que dinamitaría el Banco Central si tuviera la chance de hacerlo. Ese muchacho que luego fue diputado y en unos meses puede convertirse en presidente se llama Javier Milei y llega a las páginas de Paparazzi, que poco después del mundial de Rusia lo entrevista, le da 4 páginas y se convierte en la primera revista que le hace un reportaje y se fija en él. No era Mirtha la única que daba suerte, ¿Verdad?
"Primero viene Conan, mi perro. El está ante todo. Después pongo a la economía. En tercer lugar ubico a mi trabajo, y recién en el cuarto puesto vienen la mujeres, las novias. Entonces es lógico que a mi las novias no me duren mucho tiempo porque a nadie le gusta estar cuarto en el orden de prioridades de una persona". Tomá pa vos: Milei sorprende con esa definición que algunos medios, horas después, considerarían "antiromántica".
Pero no fue la única de las que dijo en aquella entrevista. "A mi casa no entra ninguna mujer. ¡Ninguna! Sólo hay lugar para mi perro. El es el único que tiene todos los permisos, mi casa es su reino. Conan es mi gran compañero", sorprendió aquella vez. Con ese nivel de afirmaciones, cuando dijo que "tampoco me interesa ser padre porque no creo que estar preparado para hacer un buen papá, yo no tengo una buena experiencia con mi viejo" o "soy seguidor del sexo tántrico y puedo estar muchas horas practicando la actividad" ya no había tanto lugar para el asombro.
Pero poco después el amor golpeó a su puerta. Y Milei, aquel que parecía irreductible pero todavía no hablaba de la casta ni decía que esa casta le tenía miedo, abrió: entonces se puso de novio y no con una mujer cualquiera, se puso de novio con la cantante Daniela, nada más y nada menos, que por entonces estaba sola y quedó deslumbrada con la personalidad avasallante y segura de quien, en aquel momento, ni siquiera soñaba con dedicarse a la política.
JAVIER MILEI TUVO UNA NOVIA MUY FAMOSA: LA CANTANTE DANIELA
El romance tuvo su costado mediático y ambos, por ejemplo, visitaron el estudio de Intrusos, programa que en ese entonces comandaba Jorge Rial. Milei regresó a las páginas de Paparazzi gracias a esa fulgurante e inesperada historia de amor. Hasta se ddejaron fotografiar a los besos en la noche porteña, en ocasión de haber asistido a un show de Martín Bossi.
Milei estaba mejor que nunca. Hasta había dejado de gritar un poco en la tele. En la definición de las abuelas, que nunca se equivocan, estaba hecho una seda. Cantaba su mejor canción. Ella le declaró su amor en público y todo marchaba en viento en popa. Pero -porque siempre hay un pero, aún en las mejores historias- algo sucedió y el romance quedó trunco. A Daniela la pincharon, pero nunca dijo malo de Milei. Sin gritos, sin estridencias, sin hacer mucho ruido, contaron que se habían distanciado pero que guardaban un buen recuerdo y el trato entre ellos era normal. Quizás no haya primera dama en unos meses. Quizás la música haya que buscarlo en otros lados.
