Los proyectos y los vínculos basados en el amor son, sin duda, grandes piedras preciosas en la vida de las personas. Más allá de los logros profesionales y del posicionamiento económico, los afectos cumplen un rol importante. Y Daniel Ambrosino (51) está transitando esa feliz etapa. Dispuesto, de un tiempo a esta parte, a proyectar y concretar cambios y deseos en su vida, el periodista de Intrusos en el espectáculo –en las tardes de América– no sólo sueña y anhela la llegada de un hijo a través de la adopción que ya está encaminada en términos legales sino que también se animó, después de muchos años de distancia, a volver a apostar al amor.
Conoció a una persona que le devolvió las ganas de creer en ese sentimiento, aceptó su historia con su pasado, como el que tenemos todos, y juntos comenzaron a diagramar un futuro. Un futuro basado en el respeto, en la elección del día a día y de un sentimiento tan genuino y responsable que hizo que la relación empezara a avanzar. Al punto de que el vínculo se volvió lo suficientemente profundo y sólido y ya no quedó margen para la duda: el corazón mandó.
¡Se la jugó! El destino, con sus clásicas idas y vueltas, lo había alejado de las ganas de compartir su vida con una media naranja. Pero Cupido jugó a su favor al punto de que hoy ya comparten, entre otras cosas, viajes en común, incluso con un grupo de amistades de por medio.
Así fue como para sus últimas vacaciones el panelista vivió jornadas a pura felicidad con su recorrida por los lugares más significativos de Nueva York, entre ellas la recorrida por el Time Square, la famosa intersección de calles en Manhattan, y hasta bailó con los Simpons. Y más allá de disfrutar de su estadía en el primer destino de Estados Unidos por la belleza –y el frío– que impone el lugar, también importó y mucho que lo haya compartido con su amor.
Luego llegaron los días calurosos, a pura playa, sol y relax en Miami. Allí Dani y su pareja –que radica en el lugar, por eso él viaja tan seguido al mismo destino– se distendieron en largos desayunos en la cama con vista al mar. Y pasaron largas jornadas entre la arena y el agua, a puros chapuzones y momentos de relajación. Incluso, hasta se hizo un tiempo para dedicárselo a amigos que conoció acá y que viven allá, como Claudia Albertario y su marido.
¡Sin principio ni final! “Como un eclipse sin final de sol y luna, como lo eterno del amor en una alianza, podría hacer que el mar se junte con el cielo para lograr la inmensidad que hay en el vuelo…”, canta Abel Pintos y al presente de Ambrosino esa letra le sienta como anillo al dedo. Porque éste no fue solo un viaje de vacaciones, placer y encuentro con amigos, sino que con la persona con la que está saliendo se comprometieron.
Y, por estos días, en su dedo anular derecho Dani luce un hermoso anillo como símbolo de la unión. “No fue casamiento… el anillo me quedó chico en el dedo. Hace ya dos años que volví a creer en el amor. No se mide por la billetera, pero ayuda mucho. Capaz me pasó que conseguí algo bueno, con billetera”, confió, sorprendido por el “descubrimiento” que Marcela Tauro hizo al aire sobre la joya en su mano, que se “escapó” de su dedo y que despertó la intriga de sus compañeros de panel y del público.
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