Sorprendió realmente hace un par de semanas la noticia que habló del noviazgo de Moria Casán, pero básicamente lo que más llamó la atención fue la descripción que hizo la diva de la relación que mantiene con el artista plástico Humberto Poidomani.
“Sí, es verdad, estoy con un hombre, con un hombre estupendo, muy importante, pero (lo nuestro) es un intelectualismo tántrico. Él vive en Miami, pero ahora me voy a encontrar porque por su actividad va a exponer en Florencia y en Roma", dijo.
Con madurez, la conductora de 73 años aclaró que al margen de lo que marcan sus sentimientos, “decir mi novio me da cosa. Me da cosa porque yo soy casada, soltera, viuda, divorciada y he sido amante. Pero lo conozco hace mucho, él ha producido muchas obras. Me lo presentó Graciela Borges. Estamos muy bien".
Cuando llegó el momento de referirse a la intimidad, es decir a lo que sucede bajo las sábanas al acostarse, Moria dejó boquiabiertos sus interlocutores, narrando particularidades que sin dudas desnudan el perfil de transgresión que históricamente distinguió a La One.
“No tenemos sexo. Esto es tántrico e intelectual. Nosotros superamos el sexo, hemos hecho de todo los dos. Así que estamos con otra onda, ahora el contacto es cerebral, son orgasmos cósmicos. Hay que darle a esto (se toca la cabeza), no necesita pastillita azul, ni nada. Son orgasmos intelectuales. Fifamos con el cerebro, que es el órgano más importante", dijo.
Moria, evidentemente, siempre tiene un as en la manga para exigir al máximo la capacidad de asombro.
