Alguna vez Pancho Dotto la definió “como un suceso permanente”. Sin dudas, una palabra autorizada para una descripción comprobable, pues el empresario ha sido su descubridor y la realidad demuestra que Pampita (40), de una manera u otra, siempre está dando que hablar. Ultimamente las razones que la llevaron a ser el centro de los comentarios tuvieron que ver con su costado sentimental, pero también con su espíritu benéfico.
Así como en cierta oportunidad le ha tocado ser criticada por su temperamento o por su proclividad para cortar un romance y rápidamente darle inicio a otra historia de amor, casi no existe movida solidaria que no la tenga entre sus asistentes. A la jurado del Bailando por un sueño ya es común verla concurrir, con una sonrisa y feliz por la posibilidad de aportar su granito de arena, a cenas programadas por distintas organizaciones que pretenden dar una mano para paliar diversas problemáticas, en un 90 por ciento relacionadas con deficiencias perceptibles en materia de salud.
Evidentemente, Pampita es dueña de una visión que va más allá de sus narices y aunque en el ámbito del espectáculo y del modelaje, posiblemente se haya ganado varios detractores, está claro que en el plano de la caridad se puede contar con su aporte. Obviamente, se trata de una faceta que pocos le destacan, ya que comercialmente, hay que admitirlo, “vende más” hablar de su corazón. Y referirse al terreno sentimental implica contar cómo transita esta etapa de su vida, junto a su nuevo amor (el tercero en pocos meses), Roberto García Moritán (42).
¿De quién se trata?
Del empresario gastronómico que la conquistó luego de que la nacida en General Acha rompió con Mariano Balcarce, otro hombre del mundo de los negocios que logró enamorarla después de presentarse por WhatsApp e irla a visitar personalmente a Estados Unidos. Justamente, su noviazgo con Moritán fue tal vez el más polémico de sus últimas historias de amor, ya que, supuestamente, este señor, que además sería economista, habría vivido affaires con famosas, como Juana Viale.
Al parecer, para Pampita no resulta un condicionante el pasado de sus candidatos a la hora de decidir si les da o no una chance. Y para Moritán, a juzgar con el diario del lunes, el hecho de estar separado y ser papá de dos hijos (Santino y Delfina) no fue impedimento cuando echó las cartas sobre la mesa y le manifestó a la modelo sus deseos de conocerla más en profundidad.
Esta propuesta se dio prácticamente sobre la expiración del amor entre Pampita y Balcarce, llamando la atención de propios y extraños que, quizás sin saber demasiado sobre su visión de las idas y vueltas conyugales, esperaban que la ex de Benjamín Vicuña prolongara un poco más el duelo.
Atacada
Hasta la propia Susana Giménez se atrevió a hablar del tema. Aun con sus denominados “sincericidios” o esas clásicas metidas de pata que la caracterizan, la conductora tildó a Carolina de “rapidita”, argumentando que “cambia de novio todas las semanas, se casa cada cinco minutos”.
Dependerá, obviamente, del cristal con que se mire. Elucubrar sobre sus debilidades con los hombres o sobre una eventual vulnerabilidad significaría subestimar sus experiencias. Pampita engañó y ha sido engañada. La vida la golpeó donde más duele y el trabajo la proveyó de pura prosperidad. De luz y de dinero. Por algo, como lo afirmó Pancho Dotto, es permanentemente un suceso.
