Para el amor, dicen, no hay edad. Y fiel ejemplo de ello es Soledad Silveyra quien, a sus 73 años, sigue apostando a una relación, en su caso, a distancia con un empresario hotelero argentino que vive y trabaja en el país carioca. “Yo tengo un festejante en el sur de Brasil”, remarcó la actriz.
Es que estando de invitada en La mesa de Juana Viale este domingo 1 de junio la reconocida artista de basta trayectoria, sobre todo en el mundo de la telenovelas, compartió con el resto de los invitados su presente sentimental junto a José Luis Vázquez, quién maneja una posada y restaurante en Buzios.
Al escuchar sobre su presente amoroso, la conductora de El Trece pretendió saber más al respecto. A lo que Solita comenzó: “Sí, es más que festejante La verdad es que yo ya me había... jubilado del amor. Es como que desde que fui abuela... se me fue la líbido”.
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“Mi dedicación eran ellas; o sea, la familia me devoró: es brutal la familia. Pero ojo, me llevo muy bien con todos”, agregó la actriz. Por su parte, la nieta de Mirtha Legrand acotó: “Pero él vive en Buzios, ¿cómo hacen con el amor a distancia?”. Retomando con su situación Silveyra explicó: “Bueno, ahora vino y se quedó 20 días”.
SOLITA Y EL AMOR DE LA TERCERA EDAD
“Es muy lindo lo que nos pasa, ¿sabés? ¡Sentirnos adolescentes! Es como volver atrás muchos años... Y es maravilloso. Yo dejé de mirar a los hombres. Y él de alguna manera me despertó. ¡Los dos nos despertamos! Y es muy lindo porque hace bien el amor, hace bien el orgasmo, a las señoras de mi edad se lo recomiendo”, destacó la actriz.
Siguiendo con la charla, Solita remató: “No es fácil tampoco encontrar un hombre: yo tengo siete tres (73), él tiene siete cuatro (74). Y bueno, nos pasamos hablando nueve días en Buzios… El tiene un restaurant en Buzios, así que desayuné, almorcé y cené, todo... Yo viajo mucho sola, y me fui a Buzios, a una casa que me prestaron y que me habían hablado de su posada. Pero la primera vez que fui él no estaba”.
“A la mañana siguiente me llama: `Solita, ¿necesitás algo? No querés venir a almorzar a la posada`. Y yo: sí, sí, sí. El también tuvo muchos dramas en su vida. Y bueno, empezamos a hablar de nuestras vidas, de todas nuestras vidas. Estuvimos ocho días hablando y al noveno había que pasar a la acción. ¡Y yo nerviosa como una niña de 15! Pero estamos muy bien, es muy lindo lo que nos pasa”, cerró Silveyra.



