A su cuenta de Instagram, porque se aggiornó a los tiempos modernos y abrió una, a la que le presta bastante atención y ya cuenta con más de 1.130 publicaciones y 121 mil seguidores, le puso un nombre preciso y justo: iconoAlfano. Eso se volvió ella a lo largo de los años. Un ícono de la belleza, de la seducción, de la sensualidad, pero también de la polémica. Sobre todo en la última década y media, en especial desde que se sumó al Bailando por un sueño, Graciela Alfano se vio envuelta en un sinfín de controversias de las que no siempre salió bien parada.
El verano 2019 no fue, obviamente, la excepción. Grace viajó a Punta del Este y en sus playas –optó por la zona de José Ignacio– deslumbró con un estado atlético que parece desafiar, y con éxito, al paso del tiempo. A los 66 años, luce sus bikinis con el porte, la cadencia, la elegancia y la distinción de una treintañera. Ella cae con sus pertenencias, se sienta en una reposera y no hace falta que se saque el sombrero para que llame la atención o sea el centro de las miradas de aquellos que se la cruzan sobre la arena. Definitivamente repuesta de algún problemita de salud que enfrentó el verano pasado (un accidente que le costó una severa lesión en una pierna) hasta se le animó al agua. Entrando o saliendo del mar, la imagen era más o menos parecida: esbelta y resplandeciente, brilló como en sus mejores épocas.
Pero tratándose de ella, parece, los entreveros verbales van de la mano de esa inagotable cuota de belleza. Porque una de las noches que pasó en territorio uruguayo asistió a un evento benéfico, y cuando estaba arriba del escenario agarró el micrófono y se largó a hablar. Y, por supuesto, sus palabras volvieron a dejar huella.
Alfano, que hace ya muchos años sorprendió al mundo de la farándula en particular y a la sociedad toda al confesar que había sufrido violencia de género cuando eran pocos los que tocaban un tema tan doloroso, habló de las acusaciones que se multiplicaron en ese sentido desde que estalló el “MeToo Argentino”. Y como al lado de ella estaba Fernando Burlando, participante del evento solidario pero al mismo tiempo abogado defensor de Juan Darthés (Thelma Fardin denunció que la violó en Nicaragua, durante una gira de Patito feo, cuando ella tenía 16 años), sus palabras fueron tomadas como un apoyo al actor, quien se fue a vivir a San Pablo, Brasil, apenas se conoció la acusación de la joven.
¿Qué dijo para que se armara el revuelo? Que “para el derecho es preferible un culpable suelto antes que un inocente condenado”y que“la que debe decidir condenas es la Justicia, y no la gente en sus redes sociales”.Se armó tal escombro que Alfano volvió a pedir la palabra para contar, en este caso, que “me critican sin saber que es un tema que me alcanza muy de cerca, ya que sufrí abuso de los 4 a los 7 años. No hubo penetración porque ese hombre era impotente. Era mi vecino, y que no haya habido semen o penetración no invalida la situación de abuso ni el dolor que me causó. Sé bien lo que es que no te crean, porque mis padres decían que lo que yo contaba no había sucedido. Me llevó 40 años de terapia poder seguir adelante. En el caso de Darthés, yo lo que veo es que hay dos bandos. Y yo no tengo ninguno. Yo estoy del lado de la justicia”.
Alfano y su duro relato sobre los abusos que sufrió
