Es una de las heroínas por excelencia de la televisión argentina. Los galanes más importantes trabajaron a su lado y de la mano de un compromiso excelente, de ese profesionalismo que todo productor destaca en ella, supo escalar, ocupar un lugar destacado dentro de la profesión y ganarse el cariño de la gente. Para continuar por la misma senda, Eleonora Wexler (43) deja su marca en Golpe al corazón, novela de Telefe que desde que se transformó en un policial permitió que la actriz brillara aún más en su rol. Con las grabaciones finalizadas, luego del arduo trabajo, la morocha armó las valijas y, con su hija Miranda (13), se subió a un avión y voló rumbo a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Madre e hija disfrutan de las playas de Sea Point, capital del emblemático país, famoso por su lucha histórica por la integración racial pero también por su belleza. Un lugar paradisíaco que se destaca por el turquesa de su mar, sus paisajes y la naturaleza. Apostando a pasar unos días a solas, ponerse al día antes de volver a la rutina, madre e hija disfrutan de los placeres y el descanso. Desde su esencia, Wexler apuesta a estos momentos que le regala la vida. “Soy feliz con pequeñas cosas, cuando trabajo, cuando comparto un viaje con mi hija, cuando estoy con mi familia y mis amigas… Sinceramente, en este viaje estamos viviendo un momento único”. Por supuesto, las imágenes, que denotan felicidad, también muestran a una mujer que atraviesa por su mejor momento. Haber pasado la barrera de los 40 la convirtió en una diosa que no encuentra competencia. Lejos de Argentina, decidió mostrarse un poquito más y lucir sus curvas. Sin embargo, sorpresivamente desde que se separó, en 2011, no volvió a presentar pareja. “Si bien con los años me volví un poquito más exigente, también es cierto que no apareció el indicado. Tampoco lo estoy buscando”.
¡Madraza! Su hija, que atraviesa los primeros años de la adolescencia, comienza a ponerle los pelos de punta. Y la tranquilidad que la caracteriza se empieza a alterar. “Estamos en una época complicada, la de saber hasta dónde le das libertad. Me fijo mucho en su grupo de amigos, en la contención y, sobre todo, en hablar mucho con ella. Los adolescentes de ahora tiene acceso a muchas cosas… De todos modos, Miranda no es mucho de la computadora y el celular. Es súper deportista, hace equitación, le encanta la naturaleza, estar al aire libre. De todas maneras sabe que todas las miradas están puestas en ella y aprovecha para manipularnos al padre y a mí”, cuenta Eleonora.
