De un día para el otro, su vida se transformó. Este drástico cambio se dio cuando entendió que ya era momento de cumplir su sueño, de llevar adelante ese anhelo de convertirse en madre fuera de la manera que fuera. Estando en pareja o no. Así, con su cabeza puesta en funcionamiento, Luciana Salazar (37) fue en busca de su mayor felicidad. Lo hizo a través de un vientre subrogado, vivió los meses de gestación a la distancia, con los nervios lógicos. Pasando noches sin dormir. El momento más alegre llegó a la cúspide el 15 de diciembre, cuando Matilda llegó al mundo y la tuvo en sus brazos.
Lejos de las polémicas que surgieron en torno al reality que hizo previo al nacimiento de la pequeña, antes de viajar, Luli se enfoca en esta nueva etapa que le toca afrontar. El de madre, el de saber que ahora sus responsabilidades cambiaron y que hay una persona que depende de ella. “Siempre digo que no hay que dejar de hacer algo por el miedo al qué dirán. La vida es muy corta y hay que vivirla como tal, porque te podés perder muchas cosas. Sé que elegir ser madre fue la mejor decisión que tomé. Estoy feliz y agradecida de todo lo que estoy viviendo”, manifestó sobre las críticas que pesaron sobre ella cuando contó que iba a ser madre soltera y a través de un alquiler de vientre.
Ya instalada en Argentina desde mediados de enero, disfruta de la crianza de su pequeña. Como toda madre primeriza, recibe consejos de amigas que ya son madres y de su mamá, Liliana. También, a prueba y error, va haciendo su camino. “Desde que llegó Matilda todo es increíble. Mi vida cambió y ahora que soy mamá sé que va a estar siempre ella primero antes que yo. Todo es un aprendizaje, pero voy bien, pensé que iba a ser más difícil. La verdad es que ella es una beba hermosa que se porta re bien. siempre con una sonrisa. Los primeros días me costaba cambiarle los pañales. En realidad tardaba porque hacía todo bien prolijito, las toallitas, el óleo calcáreo, la cremita para que no se le paspe la colita… y cuando terminaba, antes de ponerle el pañal, ya se hacía pis de nuevo”.
Con el problema resuelto, mira para adelante y continúa con el aprendizaje. Para esta altura, ya más canchera, seguramente, cronómetro en mano, ya habrá bajado los tiempos a la hora de cambiarla.
La rubia no puede más de alegría.
Lula dice estar bien lejos de Redrado.
Las dos son muy bellas.
