Su retorno a la televisión fue una apuesta fuerte de Telefe. No solamente por lo que representa la franja horaria del sábado por la noche, tal vez la más convocante de la grilla correspondiente a los fines de semana. También fue arriesgado por buscar formatear el espacio de acuerdo con la competencia, pues, sin ánimo de polemizar, PH (Podemos hablar) es casi un primo hermano de las mesas de Mirtha Legrand, que precisamente va casi en el mismo horario por El Trece. Sin embargo, el canal de las tres pelotitas contextualizó el contenido sin ponerse colorado y lo lanzó a caminar. Catapultó en la conducción a Andy Kusnetzoff (47) y llevó a su pantalla un producto que paulatinamente fue adquiriendo vuelo propio. Apuntalado, obviamente, por el prestigio de los invitados que elige la producción, generalmente mechando entre comensales que son noticia fresca y otros que acompañan por su vigencia. Para Andy se trató de una experiencia completamente nueva.
Fue casi un debutante en esto de encabezar una cena e intercalar los bocados o la degustación del buen vino con algunas reflexiones verbales de sus invitados, casi siempre relacionadas con temas de actualidad o consignas preparadas de antemano. Así, con un argumento que claramente se asemeja al de ML, diferenciado, desde luego, por la composición de juegos y otros mínimos detalles, Andy terminó de instalarse en este nuevo rol que le han asignado. Sin darles demasiada importancia a los comentarios y guiándose exclusivamente por el boca a boca y por el gran juez de la TV: el rating. Hasta ahora, el acompañamiento del público ha sido el esperado. Por algo, a comienzos de diciembre ya había renovado contrato para 2018. La apuesta, evidentemente, salió muy bien.
Padre de familia
Todo sobre ruedas
