Una frase, una confesión, un compendio de palabras lanzadas espontáneamente al aire colocaron a Jorge Rial en el ojo de la tormenta. El conductor vociferó que se cansó de que le griten en su casa y todo el mundo consideró que se trató de una crítica a Romina Pereiro.
En el devenir de Argenzuela, y mientras discutían airadamente Mariana Brey y Diego Brancatelli, el creador de Intrusos intervino y bramó: “¡Basta! ¿Qué hago acá? Al final me divorcié para que no me griten más y ahora acá gritan todos”.
Las conjeturas se acumularon y así se creó la versión que refería a que Pereiro le prodigaba un tono elevado en la convivencia y que a la postre podría haber actuado como un factor para tomar la determinación de divorciarse, al poco tiempo de caminar por el altar.
En el tratamiento de ese episodio en Socios del espectáculo, Brey admitió su responsabilidad en el hecho y contó: “Esto fue culpa mía y de Branca. Estábamos discutiendo con él, compartiendo ideas a nuestro estilo…porque a Diego le fastidia, básicamente, cuando yo pienso distinto que él".
LA TEORÍA DE PALLARES SOBRE RIAL Y PEREIRO
Además, la panelista compartió su asombro ante el rebote mediático que adquirió esa frase de su jefe en C5N: "Y cuando nosotros levantamos la voz, bueno, Rial manifestó esto. Yo en ese momento no lo tomé tan así a la tremenda, pero después lo levantaron todos”.
A pesar de ese testimonio, Adrián Pallares sorprendió al realizar un análisis que nadie había abordado hasta el momento de Rial y consideró con mucha seguridad: “Yo quiero decir que a mí me parece que no hablaba de Romina”. Una lectura que llamó la atención, por eso Lussich le preguntó: “¿Y quién es entonces? ¿Silvia D’Auro?”. El conductor repitió: “Para mí no habla de Romina”.
