Alberto Cormillot abrió su corazón y compartió una experiencia compleja, que se caracteriza por su actitud para con su hija, cuando transitaba por la adolescencia, que se vincula con la idea de colaborar en la búsqueda de un peso corporal.
El nutricionista reconoció que adoptó una postura que le significó un efecto rebote diametralmente opuesto a su objetivo, a su deseo. De ese forma, el prestigioso profesional de la salud admitió su error de enfoque en el acompañamiento de Reneé.
Alberto prendió la cámara de su celular y se grabó para transmitir la vivencia personal que atravesó con su heredera, para lo cual comenzó: “Cuando mi hija tenía 15 años empezó a engordar y yo hice todo lo posible para que adelgazara, con lo cual fui muy eficiente en lograr levantar un muro fenomenal entre ella y yo”.
Ya en el nudo de la trama, Cormillot describió la problemática que surgió con Reneé: “Yo le decía que estaba un poco hipertensa y que le ponía mucha sal a la comida. Le decía ‘mi amor, ¿le podés poner un poquito menos de sal?’. Le hablaba cuando estaba comiendo y le agarraba el salero porque ella dejaba caer la sal como si fuera nieve”.
CORMILLOT CONTÓ SU EXPERIENCIA NEGATIVA CON SU HIJA
A pesar de sus intencionalidad positiva, que se direccionaba en colaborar, Alberto detectó que debía modificar su accionar. Y por eso explicó su cambio: “Después de cinco años de tener éxito absoluto en el fracaso paré, a los 20 años, y ella siguió con sobrepeso de los 20 a los 25 y bueno, a partir de ese momento tomó la decisión, adelgazó y se mantuvo muchos años”.
Respecto al viraje en la situación, a la actitud diferente que ejecutó Reneé, Cormillot narró: “La dejé y finalmente ella tomó la decisión: se operó, bajó de peso y se está manteniendo, pero siempre supo que podía tener mi ayuda y que yo le iba a dar siempre una mano, pero no que se la iba a poner encima”.
