Una separación repentina, un anuncio que sacudió los cimientos del mundo del espectáculo, por su carácter de sorpresivo. Todavía resuena en el aire la ruptura de Benjamín Vicuña y la China Suárez, principalmente porque el público desea conocer más detalles de los argumentos para no caminar más por el mismo sendero.
Así como brotaron rumores de infidelidades de los dos, la secuela que tomó más fuerza se relacionó con la intervención de la madre del chileno en todo este panorama. Los datos referían a una indignación de Isabel Luco Morandé por el regalo de Benjamín de una casona en un country, donde vive actualmente María Eugenia.
La teoría refería a que la matriarca planeaba una avanzada con un grupo de abogados para recuperar la propiedad, que habría sido adquirida con dinero proveniente de las acciones familiares. Así se planteó un escenario de batalla entre Isabel y la China.
Finalmente llegó la verdad, al menos una verdad, porque Vicuña afrontó las versiones y habló a fondo de este entuerto. "Es triste lo que, a veces, se escucha que dicen”, bramó el chileno para desestimar una intención de ir contra Suárez por la mansión.
Así como se explayó respecto a la división de bienes de la pareja: "No son noticias, ya es una etapa cerrada". En ese diálogo con PrimiciasYa, Benjamín reconoció el dolor que le causa la incorporación de su madre en los medios: “Que mi mamá ya sea un personaje en la farándula es lo peor que me puede pasar".
A la hora de explicar esas presunciones de una incidencia de Isabel en la separación de la China, Vicuña aseveró: "Yo vivo solo desde los 16 años, tengo un vínculo con ella maravilloso, de respeto, de cariño. Ella no tiene ningún tipo de injerencia sobre mi vida, ni mis decisiones, ni mis hijos, ni mis ex”.
Y para cerrar, el chileno intentó clarificar qué tipo de lazo tenían María Eugenia con Luco Morandé: "Ella, como cualquier madre, desea llevarse bien con su nuera". Listo, todo dicho. ¿Todo aclarado?
