Este año fue difícil pero también “muy positivo” para Christian Sancho. El actor se animó a participar de Masterchef Celebrity lo que le permitió alcanzar otro tipo de popularidad. Sin embargo, durante el periodo de asilamiento y tras el parate de todo tipo de grabaciones por la pandemia, Sancho tuvo que rebuscárselas para ganarse la vida.
El actor relató que pasó por distintos momentos en estos meses y que fueron desde repartir desayunos que prepara su ex mujer, hasta cocinar. Y que mientras su carrera actoral estaba frenada, su fuente de ingreso económico provenía de su marca de accesorios.
Poco antes de estrenar en Uruguay su última peli, El crack, Sancho diálogo en vivo con Paparazzi y repasó distintos momentos de su vida. Fiel a su personalidad humilde y siempre agradecido arrancó recordando el accidente que sufrió de pequeño y sus difíciles comienzos como modelo: “Del fracaso, o de los momentos más difíciles, aparece el éxito”, había señalado durante la entrevista.
Nacido en Rosario, tras terminar el secundario, Sancho armó su bolsito y decidió instalarse en Buenos Aires para estudiar periodismo. Fue entonces cuando encontró en el modelaje una manera de hacerse unos pesos. Y si bien le llegó el éxito profesional, el actor recordó en el vivo con la Revista Paparazzi el duro camino que tuvo que atravesar.
“A los 18, 19, me tuve que venir a Buenos Aires. Tenía que encontrar una changuita para sobrevivir y no joder tanto a mis viejos. En Masterchef conté lo de los sándwiches de milanesas y era verdad. Cuando no hay un mango, no hay. No me veía trabajando cómo modelo, pero surgió”, explicó Christian.
“Un viernes a la tarde dije, ya está, me vuelvo a Rosario. Agarré el bolso, armé todo y caminé hasta Pueyrredón y Mansilla”.
Pero hay un momento que el actor considera bisagra o importante en su carrera y lo relató: “Vivía en una pensión de 600 pesos, estudiando periodismo y queriendo trabajar de modelo. Un viernes a la tarde dije, ya está, me vuelvo a Rosario. Agarré el bolso, armé todo y caminé hasta Pueyrredón y Mansilla. Llego a la esquina, vuelvo, me estaba mirando la portera y veía que subía y bajaba”.
De esta manera, Sancho detalló que éste había sido el peor momento por el que tuvo que atravesar antes de alcanzar la fama: “Dos veces hice la movida. Hasta que volví, me acosté y lloré por dos horas. A la noche, con más tranquilidad decidí quedarme y la vida me premió. Lo encontré de a poco con valentía y oportunidades que me dieron”.
