Luego de meses de internación en el Hospital Italiano, Silvina Luna murió tras luchar por su vida contra las secuelas que con el tiempo se fueron agravando desde que se operó con Aníbal Lotocki en 2010.
Silvina tenía apenas 30 años y estaba en la cresta de la ola laboral. Luego del éxito de Gran Hermano, las propuestas en teatro de revistas le llovían y la modelo decidió que necesitaba pasar por el quirófano para hacerse unos retoques en su cuerpo, puntualmente, en los glúteos y las piernas.
Luna quería agregar volumen a su cola y confió en Lotocki, quien ya había operado a varias famosas y aceptó su propuesta: completar la liposucción con inyecciones de microesferas de polimetil metacrilato (PMMA) en glúteos y muslos, para lograr un efecto más intenso y duradero y, a la vez, irreversible.
El cuerpo de Silvina de inmediato rechazó el material, un cemento que se usa en ortopedia y que está prohibido para inyectar en esa magnitud, y Lotocki minimizó sus mensajes desesperados al notar los efectos en su organismo, fiebre, hematomas y fuertes dolores.
LOS EFECTOS DEL METACRILATO EN EL CUERPO DE SILVINA LUNA
“Básicamente mi cuerpo rechazó al producto e hizo todo un proceso inflamatorio por dentro que se llaman granulomas”, contó Luna en mayo de este año, al visitar LAM y contar que no podía realizarse un trasplante de riñón, lo que necesitaba para vivir, porque tenía una bacteria.
Es que las consecuencias del metacrilato condujeron a un cuadro crónico de hipercalcemia e insuficiencia renal que se fue agravando y que recién los estudios detectaron tres años después de la operación, cuando la modelo empezó a sentirse excesivamente cansada.
En ese momento, los exámenes arrojaron que la sangre de Silvina presentaba altos niveles de calcio a raíz de la intoxicación por ese producto que Lotocki le inyectó durante el procedimiento estético que también le realizó a otras pacientes: Pamela Sosa, Stefy Xipolitakis y Gabriela Trenchi.
“Es una condición que me acompaña, es prioridad sí, pero no me determina, elijo todos los días construir felicidad, agradecer por esta vida y entender que soy mucho más grande de lo que me pasa. Obviamente, me hubiese gustado tener esta sabiduría antes de esa mala elección que tomé”, escribió Silvina hace un tiempo en sus redes.
