El dramático accidente de Thiago Medina conmocionó y mantuvo en vilo a todos, propios y ajenos al mundo del espectáculo. Mientras el ex Gran Hermano sigue internado en el hospital mostrando signos positivos en su recuperación, su expareja, Daniela Celis, decidió romper el silencio y contar por primera vez cómo fueron esos días marcados por la angustia, la incertidumbre y el amor por sus hijas.
En una entrevista que brindó con Corta por Lozano con el corazón en la mano, Daniela habló sobre el proceso que vivió desde el accidente de Thiago hasta su reciente paso de terapia intensiva a una sala intermedia. Fueron más de tres semanas desde que todo esto sucedió, por lo que hay mucho que se desconoce.
Más allá del alivio que generan las buenas noticias alrededor de su ex, Daniela recordó lo que fueron esas interminables jornadas en las que intentó ser sostén emocional para su familia. “Fue muy duro, porque salir del hospital, tenía que volver a casa y a sentarme a jugar. Mi rutina era jugar, cantar, bailar, hacer dibujitos, que todo esté bien y hacerlas dormir”, dijo emocionada.
Sin embargo, detrás de ese esfuerzo cotidiano por mantener la calma para sus hijas, había un torbellino interno que Daniela intentó contener como pudo. “Yo tenía mucha culpa de que las nenas sintieran la ausencia de él y la mía, teniendo algo externo a lo que era mi rutina, entonces decidí parar toda mi vida para poder estar con ellas 100%”, reconoció.
LOS CAMBIOS FÍSICOS QUE SUFRIÓ DANIELA CELIS TRAS LA INTERNACIÓN DE THIAGO MEDINA
Pero uno de los puntos más drásticos y hasta traumáticos que se dieron fue cuando Celis confesó que su cuerpo terminó manifestando la tensión emocional de esas semanas. “A mí se me cerró el apetito durante las primeras dos semanas, no sentía hambre y ni siquiera me hacía ruido la panza”, contó.
“Lo hablé porque me preocupé. De hecho, bajé más de 8 kilos en 23 días. Y entiendo que era todo como un proceso de no sacarme esta coraza de las nenas. Quizás el único momento de llorar era en la ducha”, agregó Daniela. Definitivamente, todo este trajín, además de la preocupación por Thiago y obviamente el estar al pendiente de sus hijas gemelas, tuvieron un efecto rebote.
Las palabras de Daniela reflejan no solo el amor que aún la une al padre de sus hijas, sino también la crudeza de lo que le tocó atravesar: 23 días de internación, miedo y esperanza. Hoy, con Thiago mostrando signos de mejoría, la influencer busca recuperar el equilibrio familiar mientras acompaña, a su manera, el proceso de recuperación del joven.



