El martes quedó confirmada la detención de Pequeño J, señalado como el autor intelectual del triple femicidio narco que sacudió a Florencio Varela. La captura se dio en la ciudad peruana de Pucusana, luego de un operativo en conjunto entre la Policía Bonaerense y la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional de Perú. El hombre tenía pedido de captura internacional y cayó cuando intentaba encontrarse con su mano derecha, Matías Agustín Ozorio, en una plaza del distrito Los Olivos.
El recorrido del prófugo fue cinematográfico: había cruzado ilegalmente desde Bolivia en micro, se bajó en pleno camino y hasta intentó esconderse en un camión de pescado para despistar. Durante semanas estuvo cambiando chips y celulares para evitar ser rastreado, pero la paciencia de los investigadores terminó por arrinconarlo. Su captura se produjo a unos 70 kilómetros del centro de Lima, cuando ya no tenía salida.
El operativo estuvo calculado al detalle. Primero fue arrestado Ozorio, apenas una hora antes, y los investigadores decidieron esperar a que el jefe llegara al punto de encuentro para atraparlo. Así lograron cerrar la pinza y coronar la caída más esperada del caso. Con él ya son nueve los detenidos vinculados al triple crimen que dejó helada a la provincia de Buenos Aires.
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La lista de capturados incluye a Magalí Celeste González Guerrero, Andrés Maximiliano Parra, Iara Daniela Ibarra y Miguel Ángel Villanueva Silva, trasladados al penal de Melchor Romero. También a Víctor Sotacuro Lázaro, arrestado en Bolivia, y a su sobrina Florencia Ibáñez, además de Ariel Giménez, acusado de haber cavado la fosa en la que enterraron a las víctimas. Cada nueva detención fue completando el rompecabezas de una trama macabra.
EL ASESINATO EN FLORENCIO VARELA
La reconstrucción de los hechos revela que el viernes 19 de septiembre, Brenda del Castillo, Lara Gutiérrez y Morena Verdi subieron confiadas a una Chevrolet Tracker blanca en la rotonda de La Tablada. Creían que iban a una fiesta en el barrio porteño de Flores, pero en realidad iban camino a una trampa mortal.
El final de esta historia por ahora tiene un nombre propio: “Pequeño J”, el narco que cayó en Perú y que, según la investigación, movía los hilos detrás del triple femicidio de Varela. La justicia ahora tendrá la última palabra.
