El destino la golpeó de frente, aunque en esta ocasión no fue un sacudón por su vida amorosa, por los engaños de su marido ni por la intervención en su pareja de una famosa actriz. Wanda Nara padeció una noticia movilizante, de esas que modifican todo para siempre.
La mediática se enteró que sufría una grave enfermedad, un diagnóstico al que accedió de casualidad en la previa de uno de sus múltiples viajes a Europa y a raíz de unos análisis de rutina en una clínica de Palermo. Desde ahí, la esposa de Mauro Icardi transitó por un calvario.
Todo el escándalo que se produjo alrededor de la noticia por la información que vertió Jorge Lanata, quien enseguida identificó el contratiempo como una leucemia, abrió un debate profundo y sobre todo la ansiedad por escuchar de la boca de Wanda la verdad.
Finalmente, Nara se animó a contar públicamente que en su organismo se despertó un cáncer, hasta se encargó de exhibir distintos momentos de su tozudo tratamiento, que realizó tanto en Estambul como en Buenos Aires. Así se la percibe en plena lucha y con buenos síntomas.
La famosa se convirtió en objeto de charlas de toda índole y así se produjo una opinión peculiar de Diego Ramos, que en su participación en el ciclo de Carmen Barbieri en El Trece emanó una postura reflexiva sobre los motivos que impulsaron a la blonda a evitar comunicar su enfermedad.
El actor razonó al aire su percepción de la dilatada decisión de Wanda de anunciar la leucemia y sostuvo: “Me parece que se le pedía una responsabilidad muy grande, que era ser fuerte y darles fuerza a otras personas que estuvieran pasando por lo mismo y a lo mejor era su momento de ser débil. Por eso ella esperó para contar lo que le pasó. Necesitaba tomar fuerzas”.
