La salida de Romina causó sorpresa, por la magnitud de su rol en la casa, pero también provocó indignación por un efecto colateral. La ex diputada se cargó en el pecho y se llevó de Gran Hermano al perrito Caramelo, lo que activó una campaña para solicitar su devolución inmediata.
Miles de usuarios de las redes sociales se acoplaron al pedido para que la ex legisladora restituya al peludito con el objetivo de reencontrarse con su hermana, Mora. En una inmensa mayoría, el público coincidió en que se trató de una crueldad separar a los dos canes.
La ausencia de una de las mascotas sumió en la tristeza a Mora, que se la notó desorientada, pululando por la casa en búsqueda de su compañero. Incluso logró que Julieta rompiera en llanto al confesar que le genera angustia esa separación forzada.
Ahora, Mora protagonizó otro episodio, de otro tenor, más rayano a una travesura divertida. Resulta que la peludita se topó en la habitación con las pantuflas de Martina Stewart, que volvió al reality en esa decisión de la producción de incrustar a los tres primeros eliminados.
CÓMO JUGÓ MORITA CON LAS PANTUFLAS DE MARTINA
La perrita se sintió atraída por ese calzado rosa flúor y se predispuso a jugar, por lo que las mordió, las sacudió y se abalanzó sobre ellas, al borde de una cama. Unas imágenes que activaron la ternura de los televidentes, que se llenaron de amor con esa acción.
Pero todavía no se ponchó al aire la reacción de Martina, por lo que resta dilucidar si la controversial profesora de educación física estallará de bronca contra la perrita o no. Por lo pronto, ese fragmento posibilitó confirmar que de a poquito se va acostumbrando a la pérdida de su hermanito Caramelo.
