La congoja, el dolor, la angustia, la tristeza y también las risas se apoderan de este domingo por la partida del inconmensurable Enrique Pinti, que falleció en el sanatorio Otamendi, a los 82 años. Toda una sociedad llora a este artista magistral.
Como una paradoja del destino, el famoso cómico apagó su luz en el Día Internacional del Teatro, justo él que caminó e iluminó las tablas como ninguno. Ese vínculo intrínseco entre Enrique y esa casa tan intimista del arte es y será indisoluble.
A partir de su trascendencia, se organizó una despedia, que se augura será multitudinaria, en el Multiteatro Comafi, la sala que aguardaba al estreno de una nueva pieza de Pinti. La cita será el lunes en la franja horaria entre las diez y las catorce.
Conmovido hasta la última de sus fibras, el productor teatral Carlos Rottemberg dialogó con los medios durante esta jornada y confesó un pedido muy íntimo que le traslado Enrique, que lo pinta de cuerpo entero y que se entrelaza con su sensibilidad.
Como un pedido personal, muy profundo, el actor le solicitó a Rottemberg que estimule a las personas a no llevar flores a su velatorio, sino que en cambio se acerquen a la Casa del Teatro a brindar donaciones para el colectivo, para sus colegas.
El productor teatral profundizó en esa cualidad del artista con sus compañeros de oficio y sostuvo: “Pinti tuvo siempre una voz de aliento para los otros artistas, recomendando espectáculos cuando veía que algo se hacía bien”.
En cuanto a su relación personal, Carlos ofreció una descripción impresionante de Pinti y, en diálogo con C5N, expresó: “Todo lo que vino de él es lo que valoramos. Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo sabemos que no solo era el Pinti que veíamos, sino al que escuchábamos en privado cuando tenía que plasmar sus proyectos y aquel que se subía al escenario con unas ganas impresionantes”.
