Si algo lo diferencia a Eduardo Fort de su fallecido hermano, Ricardo, es el gusto por lo mediático. Mientras que Ricky era un artista y disfrutaba de exhibir cada detalle de su vida, Eduardo cultiva un perfil mucho más bajo, incluso ahora que mantiene un noviazgo con la popular Rocío Marengo.
El abordaje de las cámaras lo inquietan, así lo demostró en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, cuando esta mañana llegó con su novia. La pareja se presentó en la terminal aérea porque Rocío debía embarcarse para viajar a Bogotá, Colombia, por trabajo.
Allí los interceptó el cronista de Los Angeles de la mañana, que quiso preguntarles por el viaje a Disney, del que acaban de regresar, en general, y por la relación de pareja en particular.
Pero algo molesto, Fort no quiso responder preguntas y decidió despedir a su novia de modo seco. Ella, enojada con el cronista lo increpó: “Yo me voy del país y me quiero despedir bien de mi pareja!”.
Una vez que el empresario se retiró, la rubia se relajó y se dispuso a responder las consultas del periodista. “Estuvo todo muy bien, relax y felicidad, y ahora estoy en un lindo momento profesional, vengo de una mala cuando falleció mi papá me costó salir”, dijo en relación al viaje que compartió con su novio.
Además, descartó que hubieran planes de pareja para informar. “No hay planes y menos para hablar públicamente”, declaró.
Y sobre el final fue consultada sobre los escandalosos dichos de Karina Antoniali, ex de Eduardo, quien señaló a Marengo como prostituta. “Ellos tienen tres hijos divinos (Macarena, Angelina y Prieto), tengo buena relación y por respeto a ellos jamás hablaría de su mamá, que me pegue que hay espalda, me la banco. Soy solida y con un amor que la contiene”, lanzó la rubia.