Se terminaron los choripanes en un chiringuito en la vereda. Ya no hay bailes entre multitudes en un boliche del conurbano. Ahora, Wanda Nara transita por la opulencia de Europa, sus mini bus para trasladar hijos al colegio y los lujos de siempre. Empero, la blonda dejó entrever su semblante peculiar en la foto que le tomaron con Mauro Icardi.
Tal como lo había anticipado ayer, la influencer se preparó para el festejo del cumpleaños de seis de Isabella, la hija menor, la que concibió en su época de apogeo del matrimonio con el delantero, ese que ya está en ruinas y en vías de un divorcio legal.
La rubia exhibió horas atrás el extravagante regalo que le consiguió a su niña, esa casa tamaño sideral de la muñeca más famosa del mundo. Y se lo pudo entregar en una celebración extraña, que distó de lo que suele organizar, porque no tuvo lugar en un salón, ni en un living gigantesco de alguna de sus mansiones.
A partir de la separación con Icardi, Nara decidió que lo mejor sería juntarse en la escuela, en un terreno neutral y ahí articuló toda la decoración para un cumpleañito más austero y casero. En ese entorno, la influencer se prestó a compartir con Mauro una foto.
Sí, la ex pareja posó delante de las cámaras con Isabella en el medio y Wanda no pudo ocultar su lenguaje corporal. Por eso en Socios del espectáculo analizaron todo al detalle y Adrián Pallares lanzó: “Si agrandamos bien la imagen, el tiene en la cara esa sonrisa, la que pone siempre, ella no. Ella está como melancólica. Como diciendo que ‘extraño a L-Gante’”.
Karina Iavícoli aceleró a fondo y tiró: “Mirá cuando conozcan a la hija de L-Gante, todos unidos, todos juntos. Cuando Wanda se embarace de L-Gante”. Por su parte, Luli Fernández intervino y la contradijo: “Pero ella no va a poder tener mas hijos, porque tuvo muchas cesáreas, había dicho”.
