Después de muchos años de conflicto judicial, firmaron un convenio por la cuota de alimentos de los tres hijos.
La actualidad le empezó a ofrecer a Wanda Nara un “saborcito” de tranquilidad que no tuvo en la última semana. Durante ocho días, su vida entró en crisis y estuvo a punto de separarse de Mauro Icardi tras el escándalo de infidelidad virtual de su marido con la China Suárez.
Y cuando estaba a punto de firmar el divorcio que terminaría con su historia de amor compartida con el jugador del PSG, un inesperado gesto de Icardi volvió todo a la normalidad. El deportista le escribió una profunda carta a Wanda y le “recordó” todas las cosas buenas que habían hecho juntos. Eso llegó a la “fibra más íntima” de Wanda y decidió darle una nueva oportunidad a su marido.
Pero en el medio de todo el conflicto amoroso con Wanda viajando de París a Milán, de Milán a París y con un futuro incierto en cuanto a lo emocional, Maxi López, su ex marido con quien casualmente pasó por el mismo problema de infidelidad, se hizo cargo de los tres hijos en un accionar que sorprendió a Nara.
Porque si bien entre ella y López, en el último año, habían empezado a “limar asperezas”, esta situación hizo que recuperen la calma en el vínculo que no tenía desde que se terminó el matrimonio, en medio del conflicto aún latente con María Eugenia.
Y sumado a eso, en las últimas horas, con su abogada Ana Rosenfeld de regreso al trabajo tras la muerte de su esposo por Covid 19, entre Wanda y Maxi llegaron a un acuerdo.
Los papás de tres varones, Valentino, Constantino y Benedicto, firmaron un escrito que incluye un arreglo económico donde, principalmente, Wanda se queda con lo que quería: una glamorosa casa en el barrio privado Santa Bárbara, que le quiere dejar a sus hijos. Y así se dio por terminada la batalla judicial que llevó años entre los ex.