Aunque quiso hacer un chiste "porque lo mejor es tomarse las cosas de esta forma y no andar haciéndose tanto problema", Virginia Gallardo terminó hundida en un desesperado llanto apenas completó la humorada que utilizó para hablar de la repentina muerte de Mariano Caprarola: "Son balas que pican cerca, disfrútenme cuanto puedan" dijo la correntina, que también fue operada por el doctor Aníbal Lotocki. Y se largó a llorar.
En el panel de Socios, Gallardo repitió una vez más que "yo también tengo esa sustancia en mi cuerpo, así que sé de lo que hablo" y reiteró que "todos los días le agradezco a Dios que en mi caso la sustancia quedó como aprisionada en un músculo, y mientras no se vaya de ahí no habría tanto problema. No se lo que sucederá en un futuro, pero hasta los médicos me dijeron que es mejor no operar ante el riesgo de que se esparza".
Caprarola murió a los 49 años después de ser sometido a un procedimiento médico para "sacarle algunas piedras que se le habían formado" que le practicaron en el Instituto del Diagnóstico y Tratamiento ubicado en el centro porteño. Cuando le estaban por dar el alta "sintió un dolor muy agudo en el pecho, un síntoma muy claro de que sufrió un infarto masivo", contó un médico que conocía al productor de modas. También se habló de una "hemorragia interna" como causante de su deceso.
"Hago un chiste, pero igual me amarga", manifestó Gallardo, quien en ese preciso instante no pudo contener su angustia y rompió en llanto. "Me angustia aunque estoy bien, me acabo de hacer los estudios y por suerte dieron muy bien. Y tampoco quiero llevar preocupación. Mis lágrimas, eh...., son como de bronca y de impoetencia. Yo no sabía la gravedad de la salud de Mariano", precisó enseguida.
EL LLANTO DE VIRGINA GALLARDO, OTRA PACIENTE DE LOTOCKI, POR LA MUERTE DE MARIANO CAPRAROLA
"Yo lo conocía hace muchos años, es verdad", recordó Gallardo, "y en una noche que fue terrible para los dos, él con sus angustias y con sus miedos. Salimos a cenar con Iliana Calabró, no me acuerdo bien qué habíamos hecho antes. El por primera vez, porque yo no conocía su caso, me cuenta que estaba operado y me cuenta todo su proceso", agregó.
Resignada, manifestó que "una vez con el producto en el cuerpo, ¿Qué te queda por hacer? Más allá de lo que la salud el día de mañana pueda afectarse, ahora es rezar, creer en Dios y esperar que no pase nada. En ese momento era "hablemos con médicos, busquemos soluciones". Todo lo que él decía de los dolores, de la sensación de cemento, es lo que tengo yo. Y los voy a tener de por vida. Entonces no puede ser una conspiración, todos fuimos víctimas acá".
