Por hablar de sus cuitas sentimentales o por reflejar sus reiteradas polémicas públicas, las noticias sobre Cristina Pérez se volvieron figurita repetida durante la cuarentena. Además de separarse del joven y apuesto Yoel Freue, la periodista se peleó al aire con su coequiper (¿y amor imposible?) Rodolfo Barili, con el infectólogo Pedro Cahn y con el ministro de seguridad bonaerense, Sergio Berni.
Sus controversiales posturas generaron "miles" de reacciones en las redes. Y una, quizás la más ácida de todas, recibió el apoyo de un famoso, Diego Reinhold, lo que también lo colocó en el centro de la escena.
El humorista Diego Wainstein, quien en su simpático perfil se define como "una estrella de Hollywood encerrado en el cuerpo de un cómico argentino de cuarta", tuiteó "Algún día sabremos cómo empezó el universo y discubriremos si hay vida en otros planetas. Hasta es posible que desentrañemos si Dios existe o no. Pero nunca nadie jamás podrá explicar cómo Cristina Pérez llegó a conducir un noticero".
A Wainstein lo siguen 22.000 personas, una cifra bastante respetable para los parámetros de Twitter. Y en las reglas no escritas de las redes sociales, "retuitar" algo es darle apoyo a lo que se dice. Pues bien, Diego Reinhold "retuiteó" (es decir, apoyó) esa tremenda crítica contra la conductora tucumana.
Cristina se convirtió en una de las figuras mediáticas más activas del período de aislamiento social, preventivo y obligatorio que ya superó los dos meses de duración. Al cabo de un comienzo tranquilo y de bajo perfil, la periodista anunció el sorpresivo final de su relación con Yoel Freue.
15 años menor que ella, musculoso, deportista y empresario, Freue le había robado el corazón a la morocha. Hasta que ella, un viernes a la noche, en el inicio de su programa en Radio Mitre, contó que se habían alejado "porque algunas necesidades religiosas de él hicieron que nuestras distancias se volvieron insalvables".
Fue entonces que comenzó la frenética carrera mediática de Pérez en plena pandemia. Al anuncio de aquella ruptura le siguió el deseo de los fanáticos del programa que conduce, Telefe noticias, para que concrete de una buena vez con Rodolfo Barili, su compañero al frente del informativo y con quien protagoniza una interminable coqueteo en cámaras que algunos definen como "el histeriqueo más largo en la historia de la televisión argentina".
Pero más que "amor", lo que hubo con Barili, protagonista de una tierna historia en cuarentena al reencontrarse con sus hijos tras casi 60 días de no verse, fue una fuerte discusión por la vuelta al trabajo de las grúas que levantan autos mal estacionados. esa noche, Cristina mostraría los dientes por primera vez.
Volvería a hacerlo en un par de oportunidades. En la primera, para entreverarse con el infectólogo Pedro Cahn, integrante del equipo de expertos sanitarios que asesora al presidente en el tratamiento de la pandemia de coronavirus, acerca de la duración de la cuarentena.
En la segunda, para cruzarse fuerte con Sergio Berni, el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, con quien discutió la situación que se vive en el barrio popular "Villa Azul", entre Avellaneda y Quilmes, al sur del conurbano bonaerense, que quedó completamente aislado después de que un campeonato de fútbol se volviera una bomba epidemiológica que disparó los contagios en la zona.
Está claro que Cristina no se calla. Y que cuando quiere decir lo que piensa, lo hace sin importarle a quien le moleste. Diego Reinhold la tiene entre ceja y ceja. Quedó claro con su reutit. Señoras y señores, estas fueron las noticias.
