Pese a que el eslogan con que el que comenzó la nueva gestión de la Televisión Pública ponía el foco en la “pluralidad de voces”, la reciente polémica que se desencadenó tras una mención al cantito contra Mauricio Macri en Cocineros argentinos demostró la baja tolerancia a la disidencia.
Un grupo musical que estaba invitado en el estudio entonó la melodía de la canción que popularizaron las hinchada de varios clubes argentinos y que se extendió a diversos espectáculos. Al finalizar el tema, Guillermo Calabrese, su conductor, dijo que se trataba "del hit del verano".
La broma duró solo unos segundos, pero tuvo gran repercusión en las redes sociales. También desde el diario Clarín cuestionaron el hecho y deslizaron la posibilidad de que desemboque en el despido de Calabrese. Luego, el trabajo sucio lo hicieron los trolls del gobierno en Twitter, exigiendo su renuncia y publicando su abultado recibo de sueldo a modo de escrache.
Hasta el titular del sistema de medios, Hernán Lombardi, salió al cruce: “Lo de “Cocineros argentinos” es una desubicación. Hay un choque de valores entre esa desubicación y la libertad, pero lo que prevalece es la libertad. A su vez nos gustaría que pidan disculpas al público, francamente, pero no vamos a mover un dedo. Que lo hagan si les parece bien”.
Visiblemente asustados, dos de sus co-conductores comenzaron el programa del martes pidiendo disculpas y también publicaron un comunicado en las redes sociales. Si bien sus compañeros dijeron que estaba enfermo, llamó la atención la ausencia de Calabrese. ¿La pluralidad? Bien, gracias.
A los cocineros no les quedó otra que pedir perdón.
