Trazó una línea imaginaria y eligió un punto equidistante del globo terráqueo. Con la fuerza de un anhelo, de darse un gusto, Felipe Fort decidió surcar el planeta y aterrizar en Tokio para configurarse unas vacaciones mega top, en una de las ciudades más codiciadas del mundo.
El heredero de Ricardo Fort no anduvo con vueltas y aprovechó las facilidades de su cotidianidad para planificar una travesía de entretenimiento, de relax, de exploración en la capital de Japón, nada más y nada menos, en un viaje que le implicó 32 horas de vuelo.
El hermano de Martita Fort registró una parva de momentos de este periodo vacacional con su celular, para construir un relato fílmico que le permita atesorar los recuerdos, pero sobre todo generar contenido para engordar su perfil de Instagram.
En la cuenta oficial de esa plataforma digital, Felipe mostró fragmentos audiovisuales de diferentes instancias, desde su llegada a tierras japonesas con el traslado en un taxi, hasta las beldades de un cuarto de hotel kilométrico, repleto de lujos y espacio.
QUÉ HACE FELIPE FORT EN TOKIO
Entusiasmado con esta experiencia, el joven de apenas 19 años procuró capturar todo lo posible, por eso escribió en su perfil las impresiones de ese dormitorio que comparte con el amigo con el que partió de aventura. “Es una locura, no se ve en la cámara lo grande que es”, contó.
En otro tramo de su diario, Felipe especificó que concordaron en que sería positivo salir del hotel y emprender un paseo sin rumbo definido. “No tenemos idea de a dónde estamos yendo, vamos a ver a dónde nos lleva la existencia misma”, narró.
Para exhibir otra de las atracciones, el hijo del Comandante se sumergió en un típico local de comidas, para degustar el plato más aspiracional, el sushi. Así, el adolescente remarcó la extrañeza por las dimensiones pequeñas de ese lugar gastronómico.
